CONFESION



Yo me acuso, Padre,
de que en las calles oscuras
donde viven los ricos,
un ejército de niños
duermen al aire,
con la desnudez oculta,
tan solo llevan la sonrisa triste
para cobijarse.

Y mientras,
donde no hay arrabales,
una legión de perros
duermen en buena cama
y comen exquisitos manjares.

Dos mundos paralelos,
respiran el mismo aire,
pero,
la barca de la vida
para muchos,
avanza cortando los mares
como un puñal que rompe
el claro azul de los corales.

He visto,
el llanto de un pescador,
los ojos silenciosos
de un niño negro,
la tumba de dos soldados
sin nombres y sin medallas,
un gemido anónimo,
el vuelo de una paloma blanca.

La barca sigue su curso
con sus redes echadas,
recogiendo ¡quien sabe qué!

Yo, me sigo acusando Padre…

1 comentario:

  1. Solo un alma limpia puede escribir como tu lo haces
    Esta poesía de real emociona.
    Te admiro

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