ROMANCE DE AMOR





Para Loly con cariño

Ahora yo lo recuerdo,
era una noche de invierno,
había nieve en las montañas,
y los árboles al viento
crujían sus tiernas ramas,
parecían que se acunaran
en los sueños de tu alma.

Los arroyos de la sierra,
se diría que cantaban,
las cigarras parecían
todas estatuas de plata.

Yo estaba junto al arroyo,
viendo sus espumas blancas,
estaba junto a mi musa
que venía tocando el arpa.

Mi musa eras tú, mi amor,
que te presentaste al alba,
tus labios pintados de oro,
y tus collares de nácar.

Dame tu arpa mi amor,
que te voy a tocar baladas,
baladas tiernas de amor
con sonidos de guirnaldas.

Y te dormirás conmigo
mientras cantan las calandrias,
verás tocar a mis dedos
todas las cuerdas de tu arpa.

Ya tocan a medianoche, mi amor,
ya viene la luna clara,
quédate conmigo mi niña,
yo no quiero que te vayas,
pero si un día tú te fueras,
yo te mandaré mis besos
entre las luces del alba,
porque tu alma y mi alma se aman
junto a las estrellas claras,
y te daré mi ternura
mientras cantan las calandrias...

CARICIAS




El viento,
cuando mece las ramas
las acaricia
como si tuviera alas.

Dirás,
que no te acaricié nunca,
pero es que mi amor
tu sola presencia
es una caricia alada,
sin ninguna ausencia,
es y será para mí
siempre una caricia eterna.

Todo es caricia en ti,
y cuando en ti pienso,
te acaricia también
mi corazón
y mi pensamiento.

Tus dedos y mis dedos
se dieron tantas caricias,
que las llevo por siempre
en mi recuerdo escondidos.

Pero todo mi amor,
todo en realidad son sueños,
y los sueños se terminan
cuando llega el nuevo día,
al alba mueren,
y en las noches,
ocultan los desengaños y reproches.

La vida es un sueño breve
que se muere al final
igual que un sueño se pierde.

Algún día, mi amor,
cuando llegue al final de mis días
disfrutaremos los dos eternamente
de nuestros sueños
siempre llenos de alegría.

Mi amor,
ya se acaba el día
y mis sueños ya se desvanecen,
porque me tengo que ir
donde los luceros brillan
junto a las estrellas
por siempre y eternamente...

SIEMPRE TE SEGUIRÉ AMANDO



No quiero irme sin decirte
que siempre te he te amado,
no quiero irme sin decirte
que siempre te he soñado.

No quiero irme sin dejar plasmado
que el brillo de tus ojos
siempre me ha enamorado.

El azul del cielo
también ha llorado
cuando tus dulces besos
besaban mis labios esperanzados.

Pero es tu alma mi amor
la que siempre estaba buscando,
ese alma de sueños mi amor
que siempre me dejaba vibrando.

Siempre te seguiré amando,
porque aunque un dia me vaya,
nuestras almas mi amor
se seguirán enamorando,
igual que como aquellos
que todavía es este mundo
se siguen y se seguirán amando...

SE MURIO CON SU MUÑECA



Era una tarde de invierno,
hacía frío en la plazuela,
una niña mendigando
con sus manos casi muertas,
con los vestidos roídos
y en la cabeza unas trenzas,
sin temor a la nevada
que caía en la plazuela,
en un gran escaparate
la niña pobre contempla
una preciosa muñeca.

Un dependiente la increpa:
vete niña de mi puerta,
¿no ves que no dejas paso
a mi ilustre clientela?

Déjeme señor mirar
a esa linda muñeca,
¿puede por favor decirme
cuantas pesetas me cuesta?

Vamos niña, vete ya,
que estas manchando mi puerta,
esa muñeca te cuesta
ciento cincuenta pesetas.
Eso es muy caro señor
ya vendré cuando yo pueda.

La niña se fue llorando,
bajaba triste la cuesta,
como no fuese un milagro
que dios hiciera con ella
nunca podría comprar
esa muñeca tan bella.

Le increpa a un transeúnte:
señor, déme una limosna
vivo en completa miseria,
llevo días sin comer
y me duele la cabeza.

Que pena de algunas vidas,
como me das tanta pena
te voy a dar de limosna
ciento cincuenta pesetas
para que cenes caliente,
y duermas a pierna suelta...

Muchas gracias buen señor,
que dios se lo devuelva a espuertas,
que dios le de muchos bienes
y luego la vida eterna.

Hay veces que dios ablanda
a los duros corazones,
y si miramos despacio
cada dia hay milagros
por todos sitios y rincones.

Y apretando con su pecho
aquellas ricas pesetas
se fue corriendo a comprar
aquella bella muñeca.

Al dia siguiente en el barrio,
todo el mundo lo comenta:
sentada en una escalera
ha aparecido muerta
una niña misteriosa
abrazada a una muñeca...

SE NOS MURIO EL AMOR...



Por la ventana abierta de tu alcoba,
se metía la luna de un verano,
una ráfaga movía las cortinas,
y ella sentada en el piano.

Las teclas de ese piano relucían
y en el centro el ramo de unas rosas,
su mirada era tierna y sonreía
y su blusa era blanca y vaporosa.

Yo estaba detrás de ella,
era como un dulce sueño,
llevaba una flor en el costado
en su chimenea ardían unos leños.

Y sus manos tocaban suavemente
todas las teclas del teclado:
“se nos murió el amor,
de tanto usarlo...”

Yo recordaba aquel viejo poema:
Los jardines se mueren de frío;
en los largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.

Sentí que mi corazón
algo allí se moría,
y no pude cantar suavemente
aquella suave y triste melodía...

Cuanto silencio quedó en mi alma,
cuantas caricias y recuerdos,
cuantos amores se van para siempre....
en las noches sin brisa y sin sueños...

POEMA TRISTE



Ha pasado mucho tiempo
pero yo me recuerdo todavía
de su encanto y su nombre verdadero,
pero para hacerlo poesía
la llamaré simplemente Ana María.

Ella era una chica cariñosa y seria,
de tez pálida y sonrisa sombría,
al volver una tarde del colegio
me dijeron que murió
sin haber tenido una agonía,
y mis ojos se llenaron de lágrimas
al recordar su cara y su sonrisa...
no pudimos tener
ni tan siquiera una despedida...

Eramos muy amigos en secreto,
por eso imagino con certeza
que murió recitándome unos versos
y soñando con mi nombre en sus pupilas.
ella era para mi la mejor amiga,
y solamente tuve con ella
una relación de amistad y fantasías...

Yo la recitaba poesías
y hablábamos de gaviotas y golondrinas...
la conocí un día de primavera
en el pueblo donde yo vivía,
ahora ya en ese pueblo de mis sueños
solo quedan barbechos y cenizas.

Eramos muy amigos,
ella era algo triste y pensativa,
y yo la llamaba siempre por el nombre
de simplemente Ana María.

Quizá alguna vez la haya besado,
quien es el que nunca haya besado
una tarde a una buena amiga,
pero yo la daba besos en silencio
sin saber bien lo que yo hacía...


Aunque si que reconozco
que me gustaba su sonrisa
y su amable y alegre compañía.

Era una chica con mucha energía,
y ahora que ha pasado tanto tiempo
seguramente yo ya la quería.
todavía aun lo recuerdo
que muriera recitándome unos versos
y con mi imagen en sus ojos y pupilas.

A veces pienso que es mejor
que esté en su tumba dormida
que no viviendo en un mundo traicionero,
que muchas veces vale menos
que una hoja del árbol ya caída.

Hoy escribo estos versos
en una primavera, cualquier día,
y a mi me gustaría irme un día con ella,
escribiendo y recitando poesía.

Mi memoria todavía se recuerda
de las cualidades que ella tenía,
y se marchó para siempre en su silencio
como una golondrina fugitiva.

Con el tiempo quizá cualquier día
la olvidaré lentamente sin saberlo,
como se olvidan las cosas de la vida...
pero en mi corazón
estará siempre muy presente y viva...

NO VOLVERAS



Por caminos silenciosos de mis sueños.
donde viven las rosas y los lirios,
por praderas de jilgueros y amapolas
va viviendo el sueño mío,
son mis sueños que se acaban
en las flores y las rosas del camino.

Allí en medio estabas tú mi amor
como diosa en eterno paraíso,
y cantabas canciones de alegría
a las rosas, amapolas y a los lirios.

Las nubes del otoño
limpiaron de nubes el sendero.
solo se oye el silencio
de las pequeñas casas del pueblo.

Las fuentes están secas,
solo se oye el silencio,
un pequeño ruiseñor
vino a darte un beso,
pero sigue el silencio más profundo,
y mi corazón en ti bien dentro...
Pero yo repito tu nombre
y el amanecer me dice
que no te conoce,
y no sabe todo el frio
que dentro me corroe.

Ya no eres para mi
ni sombra ni horizonte,
ni lucero en el cielo,
ni flores del bosque,
pero yo siempre te llamo
y grito tu nombre.

Pero sé con certeza
que ya nunca volverás
aunque mis ojos lloren,
pero el aire y las flores
cuando yo te llamo a gritos
ellos repiten tu nombre...

NUNCA LO VAS A SABER



Te creíste haberte sentado en mi vida
pero es que nunca te sentaste, jamás,
te creíste haberme amado en un instante,
pero nunca me amaste, jamás,
fíjate que contraste tan grande
porque yo sí que era carne de tu carne
y te amaba muchísimo más.

Soñaré con tus ojos de espuma,
soñaré con tus pechos de coral,
tú pensabas que mis labios ardían,
pero es que tú nunca me besaste, jamás.

Quizá cuando otro te diga al oído,
frases bonitas como la de un amante,
que siempre se dicen estando en al mar,
yo estaré soñando contigo en silencio
queriéndote como no te han querido jamás...

Te seguiré amando en silencio
porque yo no me iré con otra, jamás,
quizá algún día tú sueñes conmigo
aunque sabes que ya será tarde,
y que posiblemente te arrepentirás

Y si un día me encuentras muy triste
por no haber tu amor podido alcanzar,
y una lágrima se escapa de mis ojos
porque para mí eras mi sirenita de mi mar,
te diré, ha sido el viento,
daré media vuelta, me iré a la orilla del mar
pero en realidad fue por tu amor, y eso tú no lo sabes
aunque nunca jamás eso lo sabrás...

NO LO CONSIGO


Por más que quiera intentarlo,
nunca lo consigo,
porque siempre quiero beber
de tus ojos infinitos,
aunque sé con certeza,
que si volviera a tu nido,
ya todo sería distinto.

Tus miradas, tus sueños,
tu candidez y tu cielo,
me amabas con tal ternura
como si fuera un lucero.

Nunca olvidaré aquel beso
en los orillas de un rio
donde viven las estrellas
y beben de tu dulzura los luceros.

Quisiera volver a nacer
para recorrer juntos caminos
con las manos apretadas,
besarnos en los sombríos,
y volver a amarnos mucho
como era en el principio.

Tú eras mi paraíso,
donde casi nunca llueve,
tenías el alma de un ángel,
tan blanca como le nieve.

Por eso yo te quería tanto,
pero a nuestro amor,
un día le llegó la muerte,
ya nunca podré escuchar
el rumor del agua
cuando en mi alma llueve.

Por más que quiera intentarlo,
ya no puedo conseguirlo,
porque se han roto los hilos
que nos tenían unidos...

Ya nunca volveré a verte...
mi amor...quedate conmigo...
quedate para siempre...

NO ESTABAS SOLA


(A una soñadora princesita de Tucumana: Isabel Ferrari )


No estabas sola,
no había nadie,
solo nosotros dos
junto al mar y las olas,
y cantando las calandrias
junto a las rocas...
parecía una eternidad
llena de fuego y de sombras.

Rocé tu cuerpo con mis dedos,
rocé allí todas tus formas,
eras como una melodía,
eras un beso en mi boca.

Tú parecías una reina,
estabas majestuosa,
eras como una sirenita
con una cola preciosa.

Bebimos juntos los dos,
las estrellas gota a gota,
sorbo a sorbo nuestro amor
junto a un nido de gaviotas.

Estábamos abrazados,
esperando a la aurora,
y nos fuimos caminando
hasta el reino de las olas.

No sé si estaba soñando,
te ví entre las gaviotas,
allí eras la princesa.
eras tú la más hermosa.

Mis manos habían recorrido
muchos tramos de las olas,
ya solo me quedaban ahora,
sueños y cenizas en mi memoria...

Hay veces que el amor
pétalo a pétalo se agota,
tú te marchaste volando
entre las alas de las gaviotas.

El mar se quedó sin nosotros,
y yo me quedé inmóvil,
abrí muy grandes mis ojos,
te paraste en un valle hondo,
como agua que se refleja en el fondo.

Ahora yo te recuerdo,
todo fue como un misterio,
y en la noche alentadora,
noche de magia y aromas,
yo recordaré aquel día
que nos amamos los dos
a la luz de las antorchas...

LO QUE MÁS ME GUSTA DE TI



¿Quieres saber
lo que me gusta de ti?
Verás:

Los lunares de tu cara
y de tu cuerpo,
la sonrisa de tus labios,
la forma de tu pelo,
tus preguntas indiscretas,
la ternura de tus besos
en mis ojos negros.

Ser yo el sol,
y tú la abeja,
tú el frescor
y yo el misterio,
tú la flor.
de mi primavera,
yo el cantor,
tú mi voz
y yo tu anhelo,
tú mi ave,
yo tu cielo,
tú la sierra,
yo el jilguero
tú la tierra
yo el sendero,
tú mi pozo,
yo el caldero.
Tú el amor...
yo el silencio...
y...yo la lluvia
en tus labios tiernos...

ME DIJO: NO TE VAYAS



Ibamos cogiendo flores,
azucenas y albahacas,
dejando sobre sus manos
pétalos de rosas blancas
que mis manos deshojaban.

Me miraba, la miraba,
y no me decía nada,
la dije que sus recuerdos
anidan siempre en mi alma.

Recité una poesía
que me salía del alma,
pero ella aún seguía
sin decir nada de nada.

La hablé de besos, de amores,
de luceros y de malvas,
y ella todavía seguía
sin decir nada y callada.

Cuando salía la luna,
la dije que me marchaba,
no salieron de sus ojos
ni una sola de sus lágrimas.

Me despedí y la dije
que si de verdad me amaba
vendré cuando salga el sol
a la salida del alba.

Y entonces sí que esta vez
de sus ojos salían lágrimas
y me dijo tiernamente:
quédate mi amor...no te vayas...

LLOVÍA...


( Para Carmen Bregón con cariño )


Cuando me despedí de ti... llovía,
y la luna ya salía.
me quedé solo y triste
como se quedan los amores
en una tarde de invierno muy fría.

Estaba lleno de recuerdos,
de penas y alegrías,
aun recuerdo aquella poesía
que yo te recitaba
aquella tarde tan fría.

Nuestro amor era como ese ciprés
que cuando está abatido se inclina,
todavía me sigo acordando
de nuestras historias sin poesía.

Te seguiré esperando al amanecer,
hasta que el día nazca,
te esperaré guardando mis versos,
mi amor, mis caricias y mis esperanzas...

Mis besos recorrerán tus sueños
que viven en una nube de colores,
para llenarte de amor y de caricias
porque eras el amor de mis amores...

Hoy la lluvia me trajo
el recuerdo de tus sonrisas,
de tus tiernas miradas,
y de las más dulces caricias
que llevaste a mi alma
aquella noche tan fría...

Y te sigo viendo en mis sueños
con esa esperanza nunca perdida...

LA ROSA BLANCA



La vida es un camino
de rosas y espinas,
que a veces nos hieren
y a veces nos calman,
y otras veces embellecen
las luces de nuestra alma.

A mí ya no me duelen
las espinas clavadas,
porque sé que al final
habrá una aurora blanca,
donde nacerán mil rosas
en mi cabaña y al alba.

Y en el jardín de tu alma
al calor de tus miradas,
nacerá como una perla
una rosa blanca, blanca,
entre el calor de los sueños
en un lecho de escarlatas...
que regarás cada día
con las lágrimas del alba..

Rosa blanca, rosa blanca,
si por azar de la vida
yo me marchara mañana,
y tengo que marcharme lejos
del calor de tus miradas,
siempre yo te llevaré conmigo,
siempre estarás en mi alma,
y te abrirás cada dia
a la salida del alba...

LA NIÑA DE NICARAGUA



La niña de Nicaragua
duerme en la calle,
no tiene ganas de vivir,
no tiene a nadie.

El mendigo de la esquina
le cuanta cuentos
que la hacen sonreír,
los escucha con atención
hasta llegar a su fin.

La niña le pregunta
que cual es su nombre,
el mendigo se calla
y nunca la responde.

Oye mendigo, le dice la niña,
¿porqué ayudas tanto a los pobres
si tú eres mendigo
y eres muy pobre?

El mendigo la responde
que el mismo Dios era pobre
y ayudaba también
a los mendigos y a los más pobres.
¿Y si yo fuera Dios
disfrazado de hombre?

La niña se hizo mayor,
y se fue a vivir a un asilo,
a partir de entonces
no volvió a ver al mendigo,
pero siempre recordaba sus cuentos,
era su mejor amigo.
Y recuerda aquellas palabras
que un dia le dijo el mendigo:

Las gentes que se mueren,
siempre están vivas,
porque después de esta vida,
hay con seguridad otra vida,
y al reino de Dios solo entran,
los que son niñas como tú,
nunca dejes de ser una niña...

ERAS



Para miss trujillo 1962 con cariño

Eras como una amapola del verano,
jardin de ruiseñores en tu alma,
eras viento y brisa en el otoño,
siempre con tu corazón en calma.

Ayer miré en el espejo del tiempo,
y solo ví a una sombra alejarse,
hoy he vuelto a mirarlo de nuevo
y tampoco he podido encontrarte.

Eras de soles y de nieblas
eras como la sombra de un otoño,
eras canción tierna de mañanas.
eras hojas caídas de un madroño,

Eras la musa de mis sueños,
estabas llena de las luces de mi alma,
tus ojos eran como rios de lluvia
que formaban los mares de tu alma.

Fuiste el amor de mis sueños,
y yo te buscaba por las brumas,
iba por cerros y collados
siempre, siempre iba en tu busca..

Hoy eres sol que me alumbra.
eres sonido que arrulla mi emoción,
eres mi dicha y mi tesoro
te llevo dentro de mi corazón...

ERA UNA TARDE



Era una tarde,
sí...era una preciosa tarde
cuando me dio su último beso
en aquel banco del parque.

Hoy he venido,
y me he sentado
en aquel banco del parque
y he sentido su calor
y sus besos celestiales.

Una voz dulce y tranquila
me iba diciendo en voz baja:
este es el sitio, seguro,
donde ella se sentaba.

El cielo se puso gris,
y en aquellos manantiales
donde nos amamos tanto
cuando caía la tarde,
ya no beben las calandrias
ni se aman los amantes.

Ayer, ella se marchó,
y entre las rejas del parque,
crecieron rosales blancos
que perfumaban el aire,
el eco de su silencio
era como un fuego que arde.

Al despedirse de mí,
yo me marché de aquel parque,
me dijo adiós con el aire
y la ví a ella alejarse.

Cuando una puerta se cierra,
y el otro se marcha alejándose,
a alguno el corazón
se le para y se le parte.

Las flores están dormidas,
y el silencio de los árboles
se acunan entre los soles
que van tiernamente dorándose.

Ahora sus besos estarán
seguro en alguna otra parte,
y sus sonrisas de amor,
serán para otros paisajes.

Cruzará otras campiñas,
otros ríos, otros valles,
y estará con otro amor
en el banco de otro parque.

He besado hoy a la noche,
y he escuchado en el aire
decir mi nombre y sus risas
que me parecen distantes.

Hoy tengo al alma dolida,
y al escuchar hoy sus risas,
parece que la estoy viendo
en mi corazón dormida...

Por las noches hablo a la luna
que está llena de azucenas,
cierro mi ventana y sueño...
que tal vez...aun me quiera...

ERA UNA NOCHE DE INVIERNO



Era una noche de invierno,
te marchabas sin requiebros,
era imposible lo nuestro,
y no nos entendíamos
éramos como un secreto.

Cuantas cosas nos dijimos
antes de empezar lo nuestro
que creíamos sería eterno,
eran cosas tan bonitas
que era imposible creerlo,
era como una fábula hermosa
en las entrañas del tiempo.

Era invierno, caía la tarde,
ahí te conocí en el silencio,
estaba ya anocheciendo
y hacia un frío insoportable
estábamos en invierno...

Y casi desde allí
nos fuimos a vivir un sueño,
y así lo comenzamos...
pero pronto en un suspiro
se nos murió aquel sueño.

Te volví a ver, y hablamos,
te insinué comenzar de nuevo,
pero nuestro amor
se nos estaba muriendo...
nuestro amor se nos murió
aquella noche de invierno...
allí se fue la ternura
allí se murió lo nuestro...

ERA MI AMOR



Soñaba yo que vivía
en lo profundo del mar,
jugaba con los delfines
y las estrellas del mar.

Una bella sirenita
me venía a despertar,
dentro de una caracola
entre las olas del mar.

En lo más profundo
de todo el coral,
encontré una tumba
hecha de nácar y de sal.

Había escrito un epitafio,
con letras de oro y verde mar:
aquí yace tu amor
que se murió por amar.

Me quedé estupefacto,
y cuando fui a despertar,
noté que estaba llorando,
era mi amor de verdad,
me había enamorado un día
entre las algas del mar.

EN UNA PLAYA LEJANA



Para Lucia Medrano con cariño

En una playa lejana
viendo caer a la lluvia,
venias tú a lo lejos
entre las olas de espuma.

El mar batía sus olas
mientras caía la lluvia,
una gaviota a lo lejos
con sus alas nos alumbra.

Todo pasaba muy rápido,
pasan las nubes de espuma,
y tú tumbada en la arena
en esa arena desnuda.

Mis ojos están soñando,
no saben lo que ellos buscan,
y tú besando a las olas
con tus labios las deslumbran.

Te cogía de la mano,
tus dedos de plata alumbran,
mientras nos dimos un beso...
unas olas nos acunan...

ENFERMO

No sabía tu nombre,
ni de que mal sufrías,
yo siempre te veía
sentado en tu silla.

Sí, aun te recuerdo
sentado en tu silla,
desde tu ventana veías
al mundo que tú querías.

Tu semblante era muy triste,
a veces me sonreías,
y me decías adiós
con una pena marchita,
yo a veces intuía
que tenías el alma herida.

Dejaste de ser niño,
y tú ya lo sabías
que aquella lesión de tu cuerpo,
te llevaría a una eterna agonía.

No sabía ni sé tu nombre
pero yo sabía lo que querías,
querías ser un hombre
de risas, llantos y alegrías.

Han pasado muchos años,
más de quince se diría,
y tú sigues aun mirando
por esa ventana fría,
viendo como cae la noche,
viendo como llega el día.

Me gustaría saber tu nombre,
hombre sentado en esa noche fría,
para decirte que todo tiene un porqué
en esta rápida y fugaz vida.

Tú y yo lo ignoramos,
pero quizá en la otra vida,
tú serás un elegido,
y yo estaré siempre en la orilla...

ELLA NO LE QUERÍA




Ella me miró
con sus dos ojos negros,
ella se puso a llorar
y me confesó un secreto.

Iba vestida de novia
con un ramo de luceros,
y me dijo sollozando:
ahora a él ya no le quiero...

Por el balcón de su estancia
juegan los murciélagos negros,
y en el aire se percibe
silencio, mucho silencio.

Él la espera ilusionado,
todo parece un misterio,
los cirios de la iglesia
se apagan como en un duelo.

La novia viene vestida
de azul pálido de cielo,
parece que también luce
de madrugada y de sueños.

Cuando salió de la iglesia
ella me miró llorando,
seguro que me decía
que ya no le sigue amando.

Yo sueño que nunca llueva
en su corazón reseco,
y que dé amor a su nido
con un corazón de sueños.

Son cosas de la vida,
lo han dicho el mar y el cielo,
y la luna silenciosa
alumbra como un espejo.

EL PASTOR DE SUS SUEÑOS

Sentada en el quicio de una ventana,
lo mismo en verano que en el invierno,
una joven rubia con trenzas en su pelo,
espera cada tarde rezando en silencio
ver pasar a los pastores que caminan
entre nubes de polvo sonando cencerros.

La joven se fija en un chico rubio,
de cara redonda y pelos al viento
que siempre o casi siempre se viste de negro
y lleva liada una bella bufanda en su cuello.

Ese pastorcillo de cara risueña
mira a su ventana y la lanza requiebros,
y la chica rubia se mete hacia dentro,
y sale de nuevo cuando los pastores
ya se encuentran lejos, muy lejos.

Ese pastorcillo,
de cara redonda y pelos al viento,
pasta sus ovejas por los arroyuelos,
cuando cae la tarde, viene de regreso
y mira a la chica de trenzas riendo,
y cuando la mira con sus ojos negros
la joven sonríe y reza en silencio,
y dice despacio, mi amor yo te quiero.

Han pasado meses, ha pasado tiempo,
y los pastorcillos bajan en silencio,
hoy no viene con ellos
el otro pastor de cara risueña
que siempre llevaba los pelos al viento.

Era una tarde lluviosa de invierno,
parece que las campanas tocaban a muerto,
y pasan los pastores sin sus rebaños
vistiendo de luto y en sus hombros, un féretro,
faltaba el pastor de cabellos rubios,
sin duda era el que estaba allí dentro.

Vienen detrás de ellos todo el cortejo,
todos los viejos que habitan el pueblo
acompañan al muerto con profundo silencio,
y el señor cura canta los cánticos
que se les dice solo a los muertos.
Detrás y rezando van todas las viejas
acompañando a este lúgubre cortejo.

Han pasado muchos años,
apoyada en el quicio de aquella ventana
por donde pasaba su pastor tan bello,
una ancianita de blancos cabellos,
encorvado el cuerpo y manos de huesos,
todavía espera al pastor de sus sueños...

Y cuando pasan de nuevo los pastores
con sus rebaños y sus cencerros,
como vienen haciendo
desde hace tanto tiempo,
reza cada día tres padrenuestros
por aquel pastor de los ojos negros,
de cabellos rubios y pelos al viento...
y dice despacio: todavía te quiero...

Ya no le volverá a ver nunca,
pero su alma le sigue queriendo...
para ella el amor es y será eterno,
y se juntará con él algún día,
cuando viaje hasta el mismo cielo...

EL AMOR Y EL DESEO




Tus ojos de esmeralda
y tus labios de fuego
abrasaban los mios
cuando nos dimos el primer beso.

Pero yo vi en tus ojos
por el amor deshechos,
tres lágrimas azules
que los volvía muy negros.

Esas lágrimas derretían
la nieve de tus pechos,
que al quedarse desnudos
aparecían muy tersos.

Tres rosas florecieron
en aquellos pechos tersos,
era un jardín sin dueño,
que yo al contemplarlas
estremecieron mi cuerpo.

El azahar de tus labios
hacían bellos tus besos,
y en mi boca se quedaron
tus pétalos de ensueño.

Nunca ví tal blancura
en un cuerpo tan bello,
y al contemplarlo un rato
me quedé prisionero.

Me quedé prisionero
por amor y deseo...
Tus besos de fuego
abrasaban mi aliento,
y al decirte te quiero
apagó mis palabras
el rumor de tus besos...

ELLA ME QUERÍA



Recuerdo aquel día,
un día de viento y grisáceo,
hacía mucho frío,
el cielo estaba nublado,
la primavera en camino,
y las primeras flores
parecía que estaban brotando.

Los rayos del sol,
despertaban a los lirios blancos
que embriagaban de perfume
a todos los valles y prados.

El silencio se oía
por todos los campos,
ella estaba triste
y recogía las flores
que encontraba a su paso.

Me parece que ya no me quieres,
me dijo llorando,
me parece que me has olvidado.

Sus tiernas palabras,
me dejaron temblando y pensando,
yo estaba confuso,
yo estaba algo raro.

Un suspiro de niebla
venía sonando y volando,
parecía que era una canción
con sonidos extraños,
ella se puso a llorar
y mis ojos se quedaron llorando.

Pero quiero que sepas que yo
todavía te amo,
me dijo ella
con las manos temblando,
te amo y te amaré
aunque me pase la vida llorando,
te amo aunque ya no me quieras,
ya no quiero amar a un extraño.

No sabía lo que decir,
yo sentía un dolor amargo,
ese amor para mí estaba muerto,
y me quedé callado,
ya no podía seguir amando.

La di un beso de amigo,
la besé sus dulces labios,
y ella me besó llorando,
la cogí de sus dos manos
y sintió que mis lágrimas
a sus manos las estaban mojando.

La noche somnolienta
también venía llorando,
y mi alma se quedó,
cubierta de hielo y de espanto.

Las hojas de un árbol caían
en aquel campo dorado,
y las estrellas relucían
en aquel cielo tan mágico.

En los árboles mudos,
ya no cantaban los pájaros,
las lágrimas de mis ojos
en el silencio se iban derramando,
y en las praderas y páramos,
también lloran en silencio
todas las flores del campo...

CREIAMOS

Creíamos que nuestro amor
sería siempre eterno,
que nunca sería derruido
por ningún fuerte viento,
y caminábamos contentos,
abandonábamos pueblos,
íbamos amándonos
a campo abierto y en secreto.

Juntos los dos,
construimos nuestro reino,
y por la noche bailábamos
con el calor de nuestro fuego,
yo sería tu dueño, tu rey,
tú serías mi reina, mi sueño.

Nos creímos los dueños del mundo,
todo era precioso como los sueños,
tú serías la reina de mi reino,
y yo sería el rey de tu reino.

Pero he aquí que una mañana
despertamos de nuestro sueño,
y alguno de los dos
buscó otro sendero,
y se fue a buscar otras montañas
por los senderos más viejos.

Ahora cada uno, de nuevo,
retornaremos a nuestro pueblo,
a sus empedradas calles,
a los surcos y barbechos,
a continuar ya para siempre
destronados de nuestro reino...

CUANDO TENGAS EL ALMA HERIDA



Cuando tengas el alma herida
y los recuerdos no te dejen vivir,
deja a ese amor partir,
y si aun permanece en tu alma
y ya no tiene ningún fin,
déjalo muy pronto ir,
coge tus amapolas del campo
y con ellas intenta huir.

Cuando tus sueños ya sean fugaces,
y sean sueños sin poder sentir,
haz como las hojas del otoño,
que con una ráfaga de viento
se las ve por el aire partir.

Cuando un amor te haga sufrir,
déjalo pronto partir,
porque ese amor es frío como el hielo,
aunque para ti se parezca
a una bella luna del mes de abril.

Es posible que sus besos
supieran a aromas de jazmín,
pero en su alma vacía
no sonaba ningún violín.

Vístete con tejidos de plata
y vete de nuevo a tu estrella a vivir,
porque donde tú vivías solo había amores
con olores de jaras, amapolas y jazmín.

AUNQUE YO ESTÉ MUERTO



Ha pasado mucho tiempo,
pero al fin yo ya te veo,
tienes aires de tristeza
y en el espejo de tus sueños
vas ahogando tus sentimientos.

Te he visto en nuestro jardín,
donde nos dimos el primer beso,
entre olores de albahacas
y las flores de romero,
parecía que tocábamos
hasta el mismísimo cielo,
nos hablábamos con los ojos,
no teníamos ningún misterio.

Juntamos nuestras dos almas,
estábamos felices y contentos,
y al recordar todo esto
he intentado varios días
escaparme del cementerio,
para decirte que aun te quiero,
pero al pasar por la puerta
no me dejó el sepulturero.

Todas las noches paseo
entre los cipreses eternos
y desde allí yo te mando
mis anhelos y recuerdos.

Vive contenta mi amor,
no arrugues más el ceño,
yo siempre te amaré, cariño,
aunque mi cuerpo se haya muerto...

No llores, por favor, no me llores,
ni me llames con nostalgia,
porque mi cuerpo es ahora
huesos y carne putrefacta.

Recuerda mis sonrisas,
no me olvides en las madrugadas,
ni en las lluvias de otoño
que refrescan al alma por las mañanas.

BELLA LUNA

La bella luna se refleja
sobre las tranquilas aguas,
vestía de color rosa
con las enaguas de plata...
parecía que acariciaba
con su ternura el mar,
las olas y a todas las aguas.

Dime luna, ¿tienes sueños?,
¿tienes días de nostalgia?,
tú que conoces los mundos,
¿viste mariposas malvas?.

Tú que alumbras por las noches,
noches de magia y de escarcha,
¿has visto muchos amores
que igual que las nubes... pasan?

Tú que siempre por las noches,
parece que bailas y danzas,
¿has visto muchos amores
que a veces ya no se aman?

Muchas noches yo te miro,
y con tu boca me hablas,
me miras con esos ojos
que me alegran siempre mi alma.

Ya no sé si eres mujer
o solo luna de nácar,
porque siento por las noches
unas caricias muy blancas.

Dime luna, ¿tú que eres?
¿eres mujer en el cielo?
¿tienes ojos de esmeralda?
¿o eres solo un reflejo
en las más tranquilas aguas?

Miro a la luna y la digo
a veces tristes palabras,
y en noches de luna llena
salen abundantes lágrimas...

AMORES



Para flor chilena con cariño

Yo dejé en mis labios
sabores de esperanza,
para que fueran tuyos,
para que los besaras,
pero tú no viniste
cuando yo te esperaba.

Tu boca sabe el secreto
de las noches estrelladas,
y tus manos el temblor
de las caricias marchitadas.

Deja que cierre mis ojos,
en esta noche de almohada,
quiero volcarme en tu pecho
igual que si fuera jarra,
para que apures el vino
de mi pasión ignorada.

Negro tu rostro de noche
y de sonrisas de estrellas,
negro tu rostro de noche
con ojos de luna llena.

Ven conmigo de la mano
por las sendas del querer,
dame la miel de tus labios
que me la quiero beber.

Yo dejé en mis labios
sabores de esperanza,
para que fueran tuyos,
para que los besaras,
pero tú no viniste
cuando yo te esperaba...

ASI ERES TU



Color negro son tus ojos,
sabor dulce son tus besos,
tus labios de color rojo
de terciopelo tu ensueño.

Ruta con mil fantasías,
ruta de calor y fuego,
camino lleno de amores,
rutas del sabor del cielo.

En la ruta de tu cuerpo,
mi cuerpo se va a tu cuerpo,
en el rojo de tus labios
abrasas todos mis besos.

En tu carita divina
anidan mis pensamientos,
y el besar tus dulces labios
es el camino del cielo.

Color negro son tus ojos,
de color azul es tu pelo,
y tus pechos son de nácar,
ruta del mismito cielo...

AMANECER

Para Beatriz Quezada con cariño

Amanece, en mi alma amanece,
siempre esperando
el bello y tierno amanecer,
madrugada en mi alma...
en mis sueños, en mi ayer...
es siempre al amanecer,
yo busco en mi almohada
tu esencia de tierna mujer,
siempre esperando al amanecer...

Eternas madrugadas,
eterno amanecer,
ya se marcharon
los fantasmas del ayer,
esos besos que no tuve
siempre los recuerdo
en el amanecer.

Pero yo guardé para ti
en un bello amanecer
mi alma y mi amor
que tu no los quisiste
en aquella tarde de ayer...

Sé que volverás
quizá en un amanecer
para sentir ese amor
y fundirme contigo después...

AMOR BONITO Y MARCHITO



Éramos casi unos niños,
ya éramos adolescentes,
el amor era tan fuerte
que ningún viento
podía ya moverle.

Era como una música
que suena en el campo agreste,
parecía que sus melodías
viniesen de un cielo celeste.

Poco a poco nuestro amor
fue creciendo y se hizo fuerte,
tenía unas grandes raíces,
era como un árbol silvestre.

Pero un día llegó el otoño,
cayeron las primeras nieves,
y aquél árbol que era tan fuerte,
otros vientos ya lo mueven,
ya no lo acunan como antes
cuando el amor era tan fuerte.

Nuestros recuerdos quedaron,
donde el tiempo se hizo muerte,
allí quedó nuestra juventud
en el silencio perenne.

Nuestra juventud cantaba al amor,
al amor con sus ramas verdes,
pero ahora se fue a parar
donde en el tiempo se duerme.

Ahora es otro amor
irremediablemente,
fue un tesoro destruido
quizá ya para siempre.

¿Recuerdas cuando jugábamos
por la alameda de chopos
donde nos dimos el primer beso?
¿No te acuerdas de nuestros gozos,
de nuestras risas junto a aquel pozo
y de las llamas de nuestros ojos?

Quizá un día la primavera
le vista de nuevo de color verde,
y tu ternura y la mía
de nuevo quizá le mecen...

ALLI NO ESTABAS



Yo venía para mi casa,
ya se adivinaba el alba,
se olían por todos los montes
aromas de amapolas y de jaras.

Se oían allá a lo lejos
unas fuertes campanadas,
y me fui hacia la ermita
para ver si allí tú estabas.

A la puerta de esa ermita
yo le pregunté al alba
si te había visto entrar
al llegar la madrugada.

No me contestó la noche,
no me dijo nada el alba,
yo quería darte un beso
en el fondo de tu alma.

Al llegar tarde a mi casa
miré tu fotografía
y entonces pude comprender
que es ahí donde tú estabas.

Con tu foto te recuerdo,
con tu foto río al alba,
con tu foto a veces hablo,
con tu foto llora mi alma...