ROMANCE DE AMOR





Para Loly con cariño

Ahora yo lo recuerdo,
era una noche de invierno,
había nieve en las montañas,
y los árboles al viento
crujían sus tiernas ramas,
parecían que se acunaran
en los sueños de tu alma.

Los arroyos de la sierra,
se diría que cantaban,
las cigarras parecían
todas estatuas de plata.

Yo estaba junto al arroyo,
viendo sus espumas blancas,
estaba junto a mi musa
que venía tocando el arpa.

Mi musa eras tú, mi amor,
que te presentaste al alba,
tus labios pintados de oro,
y tus collares de nácar.

Dame tu arpa mi amor,
que te voy a tocar baladas,
baladas tiernas de amor
con sonidos de guirnaldas.

Y te dormirás conmigo
mientras cantan las calandrias,
verás tocar a mis dedos
todas las cuerdas de tu arpa.

Ya tocan a medianoche, mi amor,
ya viene la luna clara,
quédate conmigo mi niña,
yo no quiero que te vayas,
pero si un día tú te fueras,
yo te mandaré mis besos
entre las luces del alba,
porque tu alma y mi alma se aman
junto a las estrellas claras,
y te daré mi ternura
mientras cantan las calandrias...

CARICIAS




El viento,
cuando mece las ramas
las acaricia
como si tuviera alas.

Dirás,
que no te acaricié nunca,
pero es que mi amor
tu sola presencia
es una caricia alada,
sin ninguna ausencia,
es y será para mí
siempre una caricia eterna.

Todo es caricia en ti,
y cuando en ti pienso,
te acaricia también
mi corazón
y mi pensamiento.

Tus dedos y mis dedos
se dieron tantas caricias,
que las llevo por siempre
en mi recuerdo escondidos.

Pero todo mi amor,
todo en realidad son sueños,
y los sueños se terminan
cuando llega el nuevo día,
al alba mueren,
y en las noches,
ocultan los desengaños y reproches.

La vida es un sueño breve
que se muere al final
igual que un sueño se pierde.

Algún día, mi amor,
cuando llegue al final de mis días
disfrutaremos los dos eternamente
de nuestros sueños
siempre llenos de alegría.

Mi amor,
ya se acaba el día
y mis sueños ya se desvanecen,
porque me tengo que ir
donde los luceros brillan
junto a las estrellas
por siempre y eternamente...

SIEMPRE TE SEGUIRÉ AMANDO



No quiero irme sin decirte
que siempre te he te amado,
no quiero irme sin decirte
que siempre te he soñado.

No quiero irme sin dejar plasmado
que el brillo de tus ojos
siempre me ha enamorado.

El azul del cielo
también ha llorado
cuando tus dulces besos
besaban mis labios esperanzados.

Pero es tu alma mi amor
la que siempre estaba buscando,
ese alma de sueños mi amor
que siempre me dejaba vibrando.

Siempre te seguiré amando,
porque aunque un dia me vaya,
nuestras almas mi amor
se seguirán enamorando,
igual que como aquellos
que todavía es este mundo
se siguen y se seguirán amando...

SE MURIO CON SU MUÑECA



Era una tarde de invierno,
hacía frío en la plazuela,
una niña mendigando
con sus manos casi muertas,
con los vestidos roídos
y en la cabeza unas trenzas,
sin temor a la nevada
que caía en la plazuela,
en un gran escaparate
la niña pobre contempla
una preciosa muñeca.

Un dependiente la increpa:
vete niña de mi puerta,
¿no ves que no dejas paso
a mi ilustre clientela?

Déjeme señor mirar
a esa linda muñeca,
¿puede por favor decirme
cuantas pesetas me cuesta?

Vamos niña, vete ya,
que estas manchando mi puerta,
esa muñeca te cuesta
ciento cincuenta pesetas.
Eso es muy caro señor
ya vendré cuando yo pueda.

La niña se fue llorando,
bajaba triste la cuesta,
como no fuese un milagro
que dios hiciera con ella
nunca podría comprar
esa muñeca tan bella.

Le increpa a un transeúnte:
señor, déme una limosna
vivo en completa miseria,
llevo días sin comer
y me duele la cabeza.

Que pena de algunas vidas,
como me das tanta pena
te voy a dar de limosna
ciento cincuenta pesetas
para que cenes caliente,
y duermas a pierna suelta...

Muchas gracias buen señor,
que dios se lo devuelva a espuertas,
que dios le de muchos bienes
y luego la vida eterna.

Hay veces que dios ablanda
a los duros corazones,
y si miramos despacio
cada dia hay milagros
por todos sitios y rincones.

Y apretando con su pecho
aquellas ricas pesetas
se fue corriendo a comprar
aquella bella muñeca.

Al dia siguiente en el barrio,
todo el mundo lo comenta:
sentada en una escalera
ha aparecido muerta
una niña misteriosa
abrazada a una muñeca...

SE NOS MURIO EL AMOR...



Por la ventana abierta de tu alcoba,
se metía la luna de un verano,
una ráfaga movía las cortinas,
y ella sentada en el piano.

Las teclas de ese piano relucían
y en el centro el ramo de unas rosas,
su mirada era tierna y sonreía
y su blusa era blanca y vaporosa.

Yo estaba detrás de ella,
era como un dulce sueño,
llevaba una flor en el costado
en su chimenea ardían unos leños.

Y sus manos tocaban suavemente
todas las teclas del teclado:
“se nos murió el amor,
de tanto usarlo...”

Yo recordaba aquel viejo poema:
Los jardines se mueren de frío;
en los largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.

Sentí que mi corazón
algo allí se moría,
y no pude cantar suavemente
aquella suave y triste melodía...

Cuanto silencio quedó en mi alma,
cuantas caricias y recuerdos,
cuantos amores se van para siempre....
en las noches sin brisa y sin sueños...

POEMA TRISTE



Ha pasado mucho tiempo
pero yo me recuerdo todavía
de su encanto y su nombre verdadero,
pero para hacerlo poesía
la llamaré simplemente Ana María.

Ella era una chica cariñosa y seria,
de tez pálida y sonrisa sombría,
al volver una tarde del colegio
me dijeron que murió
sin haber tenido una agonía,
y mis ojos se llenaron de lágrimas
al recordar su cara y su sonrisa...
no pudimos tener
ni tan siquiera una despedida...

Eramos muy amigos en secreto,
por eso imagino con certeza
que murió recitándome unos versos
y soñando con mi nombre en sus pupilas.
ella era para mi la mejor amiga,
y solamente tuve con ella
una relación de amistad y fantasías...

Yo la recitaba poesías
y hablábamos de gaviotas y golondrinas...
la conocí un día de primavera
en el pueblo donde yo vivía,
ahora ya en ese pueblo de mis sueños
solo quedan barbechos y cenizas.

Eramos muy amigos,
ella era algo triste y pensativa,
y yo la llamaba siempre por el nombre
de simplemente Ana María.

Quizá alguna vez la haya besado,
quien es el que nunca haya besado
una tarde a una buena amiga,
pero yo la daba besos en silencio
sin saber bien lo que yo hacía...


Aunque si que reconozco
que me gustaba su sonrisa
y su amable y alegre compañía.

Era una chica con mucha energía,
y ahora que ha pasado tanto tiempo
seguramente yo ya la quería.
todavía aun lo recuerdo
que muriera recitándome unos versos
y con mi imagen en sus ojos y pupilas.

A veces pienso que es mejor
que esté en su tumba dormida
que no viviendo en un mundo traicionero,
que muchas veces vale menos
que una hoja del árbol ya caída.

Hoy escribo estos versos
en una primavera, cualquier día,
y a mi me gustaría irme un día con ella,
escribiendo y recitando poesía.

Mi memoria todavía se recuerda
de las cualidades que ella tenía,
y se marchó para siempre en su silencio
como una golondrina fugitiva.

Con el tiempo quizá cualquier día
la olvidaré lentamente sin saberlo,
como se olvidan las cosas de la vida...
pero en mi corazón
estará siempre muy presente y viva...

NO VOLVERAS



Por caminos silenciosos de mis sueños.
donde viven las rosas y los lirios,
por praderas de jilgueros y amapolas
va viviendo el sueño mío,
son mis sueños que se acaban
en las flores y las rosas del camino.

Allí en medio estabas tú mi amor
como diosa en eterno paraíso,
y cantabas canciones de alegría
a las rosas, amapolas y a los lirios.

Las nubes del otoño
limpiaron de nubes el sendero.
solo se oye el silencio
de las pequeñas casas del pueblo.

Las fuentes están secas,
solo se oye el silencio,
un pequeño ruiseñor
vino a darte un beso,
pero sigue el silencio más profundo,
y mi corazón en ti bien dentro...
Pero yo repito tu nombre
y el amanecer me dice
que no te conoce,
y no sabe todo el frio
que dentro me corroe.

Ya no eres para mi
ni sombra ni horizonte,
ni lucero en el cielo,
ni flores del bosque,
pero yo siempre te llamo
y grito tu nombre.

Pero sé con certeza
que ya nunca volverás
aunque mis ojos lloren,
pero el aire y las flores
cuando yo te llamo a gritos
ellos repiten tu nombre...

NUNCA LO VAS A SABER



Te creíste haberte sentado en mi vida
pero es que nunca te sentaste, jamás,
te creíste haberme amado en un instante,
pero nunca me amaste, jamás,
fíjate que contraste tan grande
porque yo sí que era carne de tu carne
y te amaba muchísimo más.

Soñaré con tus ojos de espuma,
soñaré con tus pechos de coral,
tú pensabas que mis labios ardían,
pero es que tú nunca me besaste, jamás.

Quizá cuando otro te diga al oído,
frases bonitas como la de un amante,
que siempre se dicen estando en al mar,
yo estaré soñando contigo en silencio
queriéndote como no te han querido jamás...

Te seguiré amando en silencio
porque yo no me iré con otra, jamás,
quizá algún día tú sueñes conmigo
aunque sabes que ya será tarde,
y que posiblemente te arrepentirás

Y si un día me encuentras muy triste
por no haber tu amor podido alcanzar,
y una lágrima se escapa de mis ojos
porque para mí eras mi sirenita de mi mar,
te diré, ha sido el viento,
daré media vuelta, me iré a la orilla del mar
pero en realidad fue por tu amor, y eso tú no lo sabes
aunque nunca jamás eso lo sabrás...

NO LO CONSIGO


Por más que quiera intentarlo,
nunca lo consigo,
porque siempre quiero beber
de tus ojos infinitos,
aunque sé con certeza,
que si volviera a tu nido,
ya todo sería distinto.

Tus miradas, tus sueños,
tu candidez y tu cielo,
me amabas con tal ternura
como si fuera un lucero.

Nunca olvidaré aquel beso
en los orillas de un rio
donde viven las estrellas
y beben de tu dulzura los luceros.

Quisiera volver a nacer
para recorrer juntos caminos
con las manos apretadas,
besarnos en los sombríos,
y volver a amarnos mucho
como era en el principio.

Tú eras mi paraíso,
donde casi nunca llueve,
tenías el alma de un ángel,
tan blanca como le nieve.

Por eso yo te quería tanto,
pero a nuestro amor,
un día le llegó la muerte,
ya nunca podré escuchar
el rumor del agua
cuando en mi alma llueve.

Por más que quiera intentarlo,
ya no puedo conseguirlo,
porque se han roto los hilos
que nos tenían unidos...

Ya nunca volveré a verte...
mi amor...quedate conmigo...
quedate para siempre...

NO ESTABAS SOLA


(A una soñadora princesita de Tucumana: Isabel Ferrari )


No estabas sola,
no había nadie,
solo nosotros dos
junto al mar y las olas,
y cantando las calandrias
junto a las rocas...
parecía una eternidad
llena de fuego y de sombras.

Rocé tu cuerpo con mis dedos,
rocé allí todas tus formas,
eras como una melodía,
eras un beso en mi boca.

Tú parecías una reina,
estabas majestuosa,
eras como una sirenita
con una cola preciosa.

Bebimos juntos los dos,
las estrellas gota a gota,
sorbo a sorbo nuestro amor
junto a un nido de gaviotas.

Estábamos abrazados,
esperando a la aurora,
y nos fuimos caminando
hasta el reino de las olas.

No sé si estaba soñando,
te ví entre las gaviotas,
allí eras la princesa.
eras tú la más hermosa.

Mis manos habían recorrido
muchos tramos de las olas,
ya solo me quedaban ahora,
sueños y cenizas en mi memoria...

Hay veces que el amor
pétalo a pétalo se agota,
tú te marchaste volando
entre las alas de las gaviotas.

El mar se quedó sin nosotros,
y yo me quedé inmóvil,
abrí muy grandes mis ojos,
te paraste en un valle hondo,
como agua que se refleja en el fondo.

Ahora yo te recuerdo,
todo fue como un misterio,
y en la noche alentadora,
noche de magia y aromas,
yo recordaré aquel día
que nos amamos los dos
a la luz de las antorchas...

LO QUE MÁS ME GUSTA DE TI



¿Quieres saber
lo que me gusta de ti?
Verás:

Los lunares de tu cara
y de tu cuerpo,
la sonrisa de tus labios,
la forma de tu pelo,
tus preguntas indiscretas,
la ternura de tus besos
en mis ojos negros.

Ser yo el sol,
y tú la abeja,
tú el frescor
y yo el misterio,
tú la flor.
de mi primavera,
yo el cantor,
tú mi voz
y yo tu anhelo,
tú mi ave,
yo tu cielo,
tú la sierra,
yo el jilguero
tú la tierra
yo el sendero,
tú mi pozo,
yo el caldero.
Tú el amor...
yo el silencio...
y...yo la lluvia
en tus labios tiernos...

ME DIJO: NO TE VAYAS



Ibamos cogiendo flores,
azucenas y albahacas,
dejando sobre sus manos
pétalos de rosas blancas
que mis manos deshojaban.

Me miraba, la miraba,
y no me decía nada,
la dije que sus recuerdos
anidan siempre en mi alma.

Recité una poesía
que me salía del alma,
pero ella aún seguía
sin decir nada de nada.

La hablé de besos, de amores,
de luceros y de malvas,
y ella todavía seguía
sin decir nada y callada.

Cuando salía la luna,
la dije que me marchaba,
no salieron de sus ojos
ni una sola de sus lágrimas.

Me despedí y la dije
que si de verdad me amaba
vendré cuando salga el sol
a la salida del alba.

Y entonces sí que esta vez
de sus ojos salían lágrimas
y me dijo tiernamente:
quédate mi amor...no te vayas...

LLOVÍA...


( Para Carmen Bregón con cariño )


Cuando me despedí de ti... llovía,
y la luna ya salía.
me quedé solo y triste
como se quedan los amores
en una tarde de invierno muy fría.

Estaba lleno de recuerdos,
de penas y alegrías,
aun recuerdo aquella poesía
que yo te recitaba
aquella tarde tan fría.

Nuestro amor era como ese ciprés
que cuando está abatido se inclina,
todavía me sigo acordando
de nuestras historias sin poesía.

Te seguiré esperando al amanecer,
hasta que el día nazca,
te esperaré guardando mis versos,
mi amor, mis caricias y mis esperanzas...

Mis besos recorrerán tus sueños
que viven en una nube de colores,
para llenarte de amor y de caricias
porque eras el amor de mis amores...

Hoy la lluvia me trajo
el recuerdo de tus sonrisas,
de tus tiernas miradas,
y de las más dulces caricias
que llevaste a mi alma
aquella noche tan fría...

Y te sigo viendo en mis sueños
con esa esperanza nunca perdida...

LA ROSA BLANCA



La vida es un camino
de rosas y espinas,
que a veces nos hieren
y a veces nos calman,
y otras veces embellecen
las luces de nuestra alma.

A mí ya no me duelen
las espinas clavadas,
porque sé que al final
habrá una aurora blanca,
donde nacerán mil rosas
en mi cabaña y al alba.

Y en el jardín de tu alma
al calor de tus miradas,
nacerá como una perla
una rosa blanca, blanca,
entre el calor de los sueños
en un lecho de escarlatas...
que regarás cada día
con las lágrimas del alba..

Rosa blanca, rosa blanca,
si por azar de la vida
yo me marchara mañana,
y tengo que marcharme lejos
del calor de tus miradas,
siempre yo te llevaré conmigo,
siempre estarás en mi alma,
y te abrirás cada dia
a la salida del alba...

LA NIÑA DE NICARAGUA



La niña de Nicaragua
duerme en la calle,
no tiene ganas de vivir,
no tiene a nadie.

El mendigo de la esquina
le cuanta cuentos
que la hacen sonreír,
los escucha con atención
hasta llegar a su fin.

La niña le pregunta
que cual es su nombre,
el mendigo se calla
y nunca la responde.

Oye mendigo, le dice la niña,
¿porqué ayudas tanto a los pobres
si tú eres mendigo
y eres muy pobre?

El mendigo la responde
que el mismo Dios era pobre
y ayudaba también
a los mendigos y a los más pobres.
¿Y si yo fuera Dios
disfrazado de hombre?

La niña se hizo mayor,
y se fue a vivir a un asilo,
a partir de entonces
no volvió a ver al mendigo,
pero siempre recordaba sus cuentos,
era su mejor amigo.
Y recuerda aquellas palabras
que un dia le dijo el mendigo:

Las gentes que se mueren,
siempre están vivas,
porque después de esta vida,
hay con seguridad otra vida,
y al reino de Dios solo entran,
los que son niñas como tú,
nunca dejes de ser una niña...

ERAS



Para miss trujillo 1962 con cariño

Eras como una amapola del verano,
jardin de ruiseñores en tu alma,
eras viento y brisa en el otoño,
siempre con tu corazón en calma.

Ayer miré en el espejo del tiempo,
y solo ví a una sombra alejarse,
hoy he vuelto a mirarlo de nuevo
y tampoco he podido encontrarte.

Eras de soles y de nieblas
eras como la sombra de un otoño,
eras canción tierna de mañanas.
eras hojas caídas de un madroño,

Eras la musa de mis sueños,
estabas llena de las luces de mi alma,
tus ojos eran como rios de lluvia
que formaban los mares de tu alma.

Fuiste el amor de mis sueños,
y yo te buscaba por las brumas,
iba por cerros y collados
siempre, siempre iba en tu busca..

Hoy eres sol que me alumbra.
eres sonido que arrulla mi emoción,
eres mi dicha y mi tesoro
te llevo dentro de mi corazón...

ERA UNA TARDE



Era una tarde,
sí...era una preciosa tarde
cuando me dio su último beso
en aquel banco del parque.

Hoy he venido,
y me he sentado
en aquel banco del parque
y he sentido su calor
y sus besos celestiales.

Una voz dulce y tranquila
me iba diciendo en voz baja:
este es el sitio, seguro,
donde ella se sentaba.

El cielo se puso gris,
y en aquellos manantiales
donde nos amamos tanto
cuando caía la tarde,
ya no beben las calandrias
ni se aman los amantes.

Ayer, ella se marchó,
y entre las rejas del parque,
crecieron rosales blancos
que perfumaban el aire,
el eco de su silencio
era como un fuego que arde.

Al despedirse de mí,
yo me marché de aquel parque,
me dijo adiós con el aire
y la ví a ella alejarse.

Cuando una puerta se cierra,
y el otro se marcha alejándose,
a alguno el corazón
se le para y se le parte.

Las flores están dormidas,
y el silencio de los árboles
se acunan entre los soles
que van tiernamente dorándose.

Ahora sus besos estarán
seguro en alguna otra parte,
y sus sonrisas de amor,
serán para otros paisajes.

Cruzará otras campiñas,
otros ríos, otros valles,
y estará con otro amor
en el banco de otro parque.

He besado hoy a la noche,
y he escuchado en el aire
decir mi nombre y sus risas
que me parecen distantes.

Hoy tengo al alma dolida,
y al escuchar hoy sus risas,
parece que la estoy viendo
en mi corazón dormida...

Por las noches hablo a la luna
que está llena de azucenas,
cierro mi ventana y sueño...
que tal vez...aun me quiera...

ERA UNA NOCHE DE INVIERNO



Era una noche de invierno,
te marchabas sin requiebros,
era imposible lo nuestro,
y no nos entendíamos
éramos como un secreto.

Cuantas cosas nos dijimos
antes de empezar lo nuestro
que creíamos sería eterno,
eran cosas tan bonitas
que era imposible creerlo,
era como una fábula hermosa
en las entrañas del tiempo.

Era invierno, caía la tarde,
ahí te conocí en el silencio,
estaba ya anocheciendo
y hacia un frío insoportable
estábamos en invierno...

Y casi desde allí
nos fuimos a vivir un sueño,
y así lo comenzamos...
pero pronto en un suspiro
se nos murió aquel sueño.

Te volví a ver, y hablamos,
te insinué comenzar de nuevo,
pero nuestro amor
se nos estaba muriendo...
nuestro amor se nos murió
aquella noche de invierno...
allí se fue la ternura
allí se murió lo nuestro...

ERA MI AMOR



Soñaba yo que vivía
en lo profundo del mar,
jugaba con los delfines
y las estrellas del mar.

Una bella sirenita
me venía a despertar,
dentro de una caracola
entre las olas del mar.

En lo más profundo
de todo el coral,
encontré una tumba
hecha de nácar y de sal.

Había escrito un epitafio,
con letras de oro y verde mar:
aquí yace tu amor
que se murió por amar.

Me quedé estupefacto,
y cuando fui a despertar,
noté que estaba llorando,
era mi amor de verdad,
me había enamorado un día
entre las algas del mar.

EN UNA PLAYA LEJANA



Para Lucia Medrano con cariño

En una playa lejana
viendo caer a la lluvia,
venias tú a lo lejos
entre las olas de espuma.

El mar batía sus olas
mientras caía la lluvia,
una gaviota a lo lejos
con sus alas nos alumbra.

Todo pasaba muy rápido,
pasan las nubes de espuma,
y tú tumbada en la arena
en esa arena desnuda.

Mis ojos están soñando,
no saben lo que ellos buscan,
y tú besando a las olas
con tus labios las deslumbran.

Te cogía de la mano,
tus dedos de plata alumbran,
mientras nos dimos un beso...
unas olas nos acunan...

ENFERMO

No sabía tu nombre,
ni de que mal sufrías,
yo siempre te veía
sentado en tu silla.

Sí, aun te recuerdo
sentado en tu silla,
desde tu ventana veías
al mundo que tú querías.

Tu semblante era muy triste,
a veces me sonreías,
y me decías adiós
con una pena marchita,
yo a veces intuía
que tenías el alma herida.

Dejaste de ser niño,
y tú ya lo sabías
que aquella lesión de tu cuerpo,
te llevaría a una eterna agonía.

No sabía ni sé tu nombre
pero yo sabía lo que querías,
querías ser un hombre
de risas, llantos y alegrías.

Han pasado muchos años,
más de quince se diría,
y tú sigues aun mirando
por esa ventana fría,
viendo como cae la noche,
viendo como llega el día.

Me gustaría saber tu nombre,
hombre sentado en esa noche fría,
para decirte que todo tiene un porqué
en esta rápida y fugaz vida.

Tú y yo lo ignoramos,
pero quizá en la otra vida,
tú serás un elegido,
y yo estaré siempre en la orilla...

ELLA NO LE QUERÍA




Ella me miró
con sus dos ojos negros,
ella se puso a llorar
y me confesó un secreto.

Iba vestida de novia
con un ramo de luceros,
y me dijo sollozando:
ahora a él ya no le quiero...

Por el balcón de su estancia
juegan los murciélagos negros,
y en el aire se percibe
silencio, mucho silencio.

Él la espera ilusionado,
todo parece un misterio,
los cirios de la iglesia
se apagan como en un duelo.

La novia viene vestida
de azul pálido de cielo,
parece que también luce
de madrugada y de sueños.

Cuando salió de la iglesia
ella me miró llorando,
seguro que me decía
que ya no le sigue amando.

Yo sueño que nunca llueva
en su corazón reseco,
y que dé amor a su nido
con un corazón de sueños.

Son cosas de la vida,
lo han dicho el mar y el cielo,
y la luna silenciosa
alumbra como un espejo.

EL PASTOR DE SUS SUEÑOS

Sentada en el quicio de una ventana,
lo mismo en verano que en el invierno,
una joven rubia con trenzas en su pelo,
espera cada tarde rezando en silencio
ver pasar a los pastores que caminan
entre nubes de polvo sonando cencerros.

La joven se fija en un chico rubio,
de cara redonda y pelos al viento
que siempre o casi siempre se viste de negro
y lleva liada una bella bufanda en su cuello.

Ese pastorcillo de cara risueña
mira a su ventana y la lanza requiebros,
y la chica rubia se mete hacia dentro,
y sale de nuevo cuando los pastores
ya se encuentran lejos, muy lejos.

Ese pastorcillo,
de cara redonda y pelos al viento,
pasta sus ovejas por los arroyuelos,
cuando cae la tarde, viene de regreso
y mira a la chica de trenzas riendo,
y cuando la mira con sus ojos negros
la joven sonríe y reza en silencio,
y dice despacio, mi amor yo te quiero.

Han pasado meses, ha pasado tiempo,
y los pastorcillos bajan en silencio,
hoy no viene con ellos
el otro pastor de cara risueña
que siempre llevaba los pelos al viento.

Era una tarde lluviosa de invierno,
parece que las campanas tocaban a muerto,
y pasan los pastores sin sus rebaños
vistiendo de luto y en sus hombros, un féretro,
faltaba el pastor de cabellos rubios,
sin duda era el que estaba allí dentro.

Vienen detrás de ellos todo el cortejo,
todos los viejos que habitan el pueblo
acompañan al muerto con profundo silencio,
y el señor cura canta los cánticos
que se les dice solo a los muertos.
Detrás y rezando van todas las viejas
acompañando a este lúgubre cortejo.

Han pasado muchos años,
apoyada en el quicio de aquella ventana
por donde pasaba su pastor tan bello,
una ancianita de blancos cabellos,
encorvado el cuerpo y manos de huesos,
todavía espera al pastor de sus sueños...

Y cuando pasan de nuevo los pastores
con sus rebaños y sus cencerros,
como vienen haciendo
desde hace tanto tiempo,
reza cada día tres padrenuestros
por aquel pastor de los ojos negros,
de cabellos rubios y pelos al viento...
y dice despacio: todavía te quiero...

Ya no le volverá a ver nunca,
pero su alma le sigue queriendo...
para ella el amor es y será eterno,
y se juntará con él algún día,
cuando viaje hasta el mismo cielo...

EL AMOR Y EL DESEO




Tus ojos de esmeralda
y tus labios de fuego
abrasaban los mios
cuando nos dimos el primer beso.

Pero yo vi en tus ojos
por el amor deshechos,
tres lágrimas azules
que los volvía muy negros.

Esas lágrimas derretían
la nieve de tus pechos,
que al quedarse desnudos
aparecían muy tersos.

Tres rosas florecieron
en aquellos pechos tersos,
era un jardín sin dueño,
que yo al contemplarlas
estremecieron mi cuerpo.

El azahar de tus labios
hacían bellos tus besos,
y en mi boca se quedaron
tus pétalos de ensueño.

Nunca ví tal blancura
en un cuerpo tan bello,
y al contemplarlo un rato
me quedé prisionero.

Me quedé prisionero
por amor y deseo...
Tus besos de fuego
abrasaban mi aliento,
y al decirte te quiero
apagó mis palabras
el rumor de tus besos...

ELLA ME QUERÍA



Recuerdo aquel día,
un día de viento y grisáceo,
hacía mucho frío,
el cielo estaba nublado,
la primavera en camino,
y las primeras flores
parecía que estaban brotando.

Los rayos del sol,
despertaban a los lirios blancos
que embriagaban de perfume
a todos los valles y prados.

El silencio se oía
por todos los campos,
ella estaba triste
y recogía las flores
que encontraba a su paso.

Me parece que ya no me quieres,
me dijo llorando,
me parece que me has olvidado.

Sus tiernas palabras,
me dejaron temblando y pensando,
yo estaba confuso,
yo estaba algo raro.

Un suspiro de niebla
venía sonando y volando,
parecía que era una canción
con sonidos extraños,
ella se puso a llorar
y mis ojos se quedaron llorando.

Pero quiero que sepas que yo
todavía te amo,
me dijo ella
con las manos temblando,
te amo y te amaré
aunque me pase la vida llorando,
te amo aunque ya no me quieras,
ya no quiero amar a un extraño.

No sabía lo que decir,
yo sentía un dolor amargo,
ese amor para mí estaba muerto,
y me quedé callado,
ya no podía seguir amando.

La di un beso de amigo,
la besé sus dulces labios,
y ella me besó llorando,
la cogí de sus dos manos
y sintió que mis lágrimas
a sus manos las estaban mojando.

La noche somnolienta
también venía llorando,
y mi alma se quedó,
cubierta de hielo y de espanto.

Las hojas de un árbol caían
en aquel campo dorado,
y las estrellas relucían
en aquel cielo tan mágico.

En los árboles mudos,
ya no cantaban los pájaros,
las lágrimas de mis ojos
en el silencio se iban derramando,
y en las praderas y páramos,
también lloran en silencio
todas las flores del campo...

CREIAMOS

Creíamos que nuestro amor
sería siempre eterno,
que nunca sería derruido
por ningún fuerte viento,
y caminábamos contentos,
abandonábamos pueblos,
íbamos amándonos
a campo abierto y en secreto.

Juntos los dos,
construimos nuestro reino,
y por la noche bailábamos
con el calor de nuestro fuego,
yo sería tu dueño, tu rey,
tú serías mi reina, mi sueño.

Nos creímos los dueños del mundo,
todo era precioso como los sueños,
tú serías la reina de mi reino,
y yo sería el rey de tu reino.

Pero he aquí que una mañana
despertamos de nuestro sueño,
y alguno de los dos
buscó otro sendero,
y se fue a buscar otras montañas
por los senderos más viejos.

Ahora cada uno, de nuevo,
retornaremos a nuestro pueblo,
a sus empedradas calles,
a los surcos y barbechos,
a continuar ya para siempre
destronados de nuestro reino...

CUANDO TENGAS EL ALMA HERIDA



Cuando tengas el alma herida
y los recuerdos no te dejen vivir,
deja a ese amor partir,
y si aun permanece en tu alma
y ya no tiene ningún fin,
déjalo muy pronto ir,
coge tus amapolas del campo
y con ellas intenta huir.

Cuando tus sueños ya sean fugaces,
y sean sueños sin poder sentir,
haz como las hojas del otoño,
que con una ráfaga de viento
se las ve por el aire partir.

Cuando un amor te haga sufrir,
déjalo pronto partir,
porque ese amor es frío como el hielo,
aunque para ti se parezca
a una bella luna del mes de abril.

Es posible que sus besos
supieran a aromas de jazmín,
pero en su alma vacía
no sonaba ningún violín.

Vístete con tejidos de plata
y vete de nuevo a tu estrella a vivir,
porque donde tú vivías solo había amores
con olores de jaras, amapolas y jazmín.

AUNQUE YO ESTÉ MUERTO



Ha pasado mucho tiempo,
pero al fin yo ya te veo,
tienes aires de tristeza
y en el espejo de tus sueños
vas ahogando tus sentimientos.

Te he visto en nuestro jardín,
donde nos dimos el primer beso,
entre olores de albahacas
y las flores de romero,
parecía que tocábamos
hasta el mismísimo cielo,
nos hablábamos con los ojos,
no teníamos ningún misterio.

Juntamos nuestras dos almas,
estábamos felices y contentos,
y al recordar todo esto
he intentado varios días
escaparme del cementerio,
para decirte que aun te quiero,
pero al pasar por la puerta
no me dejó el sepulturero.

Todas las noches paseo
entre los cipreses eternos
y desde allí yo te mando
mis anhelos y recuerdos.

Vive contenta mi amor,
no arrugues más el ceño,
yo siempre te amaré, cariño,
aunque mi cuerpo se haya muerto...

No llores, por favor, no me llores,
ni me llames con nostalgia,
porque mi cuerpo es ahora
huesos y carne putrefacta.

Recuerda mis sonrisas,
no me olvides en las madrugadas,
ni en las lluvias de otoño
que refrescan al alma por las mañanas.

BELLA LUNA

La bella luna se refleja
sobre las tranquilas aguas,
vestía de color rosa
con las enaguas de plata...
parecía que acariciaba
con su ternura el mar,
las olas y a todas las aguas.

Dime luna, ¿tienes sueños?,
¿tienes días de nostalgia?,
tú que conoces los mundos,
¿viste mariposas malvas?.

Tú que alumbras por las noches,
noches de magia y de escarcha,
¿has visto muchos amores
que igual que las nubes... pasan?

Tú que siempre por las noches,
parece que bailas y danzas,
¿has visto muchos amores
que a veces ya no se aman?

Muchas noches yo te miro,
y con tu boca me hablas,
me miras con esos ojos
que me alegran siempre mi alma.

Ya no sé si eres mujer
o solo luna de nácar,
porque siento por las noches
unas caricias muy blancas.

Dime luna, ¿tú que eres?
¿eres mujer en el cielo?
¿tienes ojos de esmeralda?
¿o eres solo un reflejo
en las más tranquilas aguas?

Miro a la luna y la digo
a veces tristes palabras,
y en noches de luna llena
salen abundantes lágrimas...

AMORES



Para flor chilena con cariño

Yo dejé en mis labios
sabores de esperanza,
para que fueran tuyos,
para que los besaras,
pero tú no viniste
cuando yo te esperaba.

Tu boca sabe el secreto
de las noches estrelladas,
y tus manos el temblor
de las caricias marchitadas.

Deja que cierre mis ojos,
en esta noche de almohada,
quiero volcarme en tu pecho
igual que si fuera jarra,
para que apures el vino
de mi pasión ignorada.

Negro tu rostro de noche
y de sonrisas de estrellas,
negro tu rostro de noche
con ojos de luna llena.

Ven conmigo de la mano
por las sendas del querer,
dame la miel de tus labios
que me la quiero beber.

Yo dejé en mis labios
sabores de esperanza,
para que fueran tuyos,
para que los besaras,
pero tú no viniste
cuando yo te esperaba...

ASI ERES TU



Color negro son tus ojos,
sabor dulce son tus besos,
tus labios de color rojo
de terciopelo tu ensueño.

Ruta con mil fantasías,
ruta de calor y fuego,
camino lleno de amores,
rutas del sabor del cielo.

En la ruta de tu cuerpo,
mi cuerpo se va a tu cuerpo,
en el rojo de tus labios
abrasas todos mis besos.

En tu carita divina
anidan mis pensamientos,
y el besar tus dulces labios
es el camino del cielo.

Color negro son tus ojos,
de color azul es tu pelo,
y tus pechos son de nácar,
ruta del mismito cielo...

AMANECER

Para Beatriz Quezada con cariño

Amanece, en mi alma amanece,
siempre esperando
el bello y tierno amanecer,
madrugada en mi alma...
en mis sueños, en mi ayer...
es siempre al amanecer,
yo busco en mi almohada
tu esencia de tierna mujer,
siempre esperando al amanecer...

Eternas madrugadas,
eterno amanecer,
ya se marcharon
los fantasmas del ayer,
esos besos que no tuve
siempre los recuerdo
en el amanecer.

Pero yo guardé para ti
en un bello amanecer
mi alma y mi amor
que tu no los quisiste
en aquella tarde de ayer...

Sé que volverás
quizá en un amanecer
para sentir ese amor
y fundirme contigo después...

AMOR BONITO Y MARCHITO



Éramos casi unos niños,
ya éramos adolescentes,
el amor era tan fuerte
que ningún viento
podía ya moverle.

Era como una música
que suena en el campo agreste,
parecía que sus melodías
viniesen de un cielo celeste.

Poco a poco nuestro amor
fue creciendo y se hizo fuerte,
tenía unas grandes raíces,
era como un árbol silvestre.

Pero un día llegó el otoño,
cayeron las primeras nieves,
y aquél árbol que era tan fuerte,
otros vientos ya lo mueven,
ya no lo acunan como antes
cuando el amor era tan fuerte.

Nuestros recuerdos quedaron,
donde el tiempo se hizo muerte,
allí quedó nuestra juventud
en el silencio perenne.

Nuestra juventud cantaba al amor,
al amor con sus ramas verdes,
pero ahora se fue a parar
donde en el tiempo se duerme.

Ahora es otro amor
irremediablemente,
fue un tesoro destruido
quizá ya para siempre.

¿Recuerdas cuando jugábamos
por la alameda de chopos
donde nos dimos el primer beso?
¿No te acuerdas de nuestros gozos,
de nuestras risas junto a aquel pozo
y de las llamas de nuestros ojos?

Quizá un día la primavera
le vista de nuevo de color verde,
y tu ternura y la mía
de nuevo quizá le mecen...

ALLI NO ESTABAS



Yo venía para mi casa,
ya se adivinaba el alba,
se olían por todos los montes
aromas de amapolas y de jaras.

Se oían allá a lo lejos
unas fuertes campanadas,
y me fui hacia la ermita
para ver si allí tú estabas.

A la puerta de esa ermita
yo le pregunté al alba
si te había visto entrar
al llegar la madrugada.

No me contestó la noche,
no me dijo nada el alba,
yo quería darte un beso
en el fondo de tu alma.

Al llegar tarde a mi casa
miré tu fotografía
y entonces pude comprender
que es ahí donde tú estabas.

Con tu foto te recuerdo,
con tu foto río al alba,
con tu foto a veces hablo,
con tu foto llora mi alma...

ROMANCE A MI GITANA



( Para Loly con mi cariño )

Te conocí en una playa,
un domingo por la tarde,
tu cara tenía magia,
ibas vestida de encajes,
tus ojos eran tan grandes
que parecían dos corales.

Tus labios eran dos flores
de terciopelo y granates,
se veían tan brillantes
que parecían dos diamantes.

Cogí tu mano, gitana,
cinco rosas suaves, suaves,
eran tus dedos, gitana,
como un milagro en la tarde.

Te cogí por la cintura,
gitana, llena de encajes,
y rezamos a la Virgen
Virgen de las soledades.

Esa tarde me besaste
con tus labios de rosales,
y yo te besé los tuyos
con aromas de azahares.

Yo te contaba mis penas,
y tú a mí tus soledades,
y me dijiste gitana
que tenías muchos males.

Siempre te amé, mi gitana,
con un amor siempre grande,
nos amamos en silencio
¿recuerdas?,
cuando caía la tarde.

Tus besos eran muy suaves,
allí en aquellos pinares,
fueron los mejores besos
que conocí en una tarde.

Un día te fuiste muy lejos
sola con tus soledades,
y me dejaste dolido
cerca de unos manantiales.

Te quise mucho, gitana,
como no te quiso nadie,
te entregué mi corazón
de nácar, seda y de sangre.

No volveré nunca más,
a aquella playa tan grande
donde yo te conocí
un domingo por la tarde.

Y es que ha ocurrido, gitana,
que en este mundo cobarde,
ya no eres como eras, mi gitana,
ya no eres como antes,
cuando yo te conocí
en la más hermosa tarde.

Te extrañaré, mi gitana,
te extrañaré y tú lo sabes,
sobre todo aquellos besos
que sabían a azahares...

TE QUIERO REGALAR



Te quiero regalar,
para que me recuerdes,
un beso cálido y sincero,
un trocito de mi corazón,
un gesto de amor.

Una mirada al cielo,
un poema de pasión.
una noche de sueños,
una tarde de caricias,
una noche sin silencio.

El calor de una sonrisa,
la ternura de una flor,
y unos labios que te den
para ti el mejor sabor.

Un arroyo de canciones,
una perfumada flor,
una nube de algodón,
para vivir la ternura
solos los dos: tú y yo...

Te quiero regalar, también,
una bello atardecer,
igual que las flores
esperan el rocío al amanecer.

Te quiero regalar
un te esperaré,
porque si no es para amarte,
otra cosa no podré hacer...

TE PINTARÉ UN CUADRO



( Para Flor chilena con mi cariño )

Voy a pintarte un cuadro
con un pincel de terciopelo,
voy a retocar tus labios
con los suspiros del viento.

Voy a colorear tus ojos
de un color azul del cielo,
para brillar como el sol
y te envuelva de misterio,
para llenarte de amor
en una noche de sueños.

En tu boca unas palabras
que digan un sí te quiero,
en tus labios la sonrisa
del amor que nos tenemos.

Hoy quiero darte ese cuadro,
porque yo sé que mañana,
a la salida del alba,
partirás veloz y rauda,
y siempre recordaré
todo ese amor que contagias...
cuando te vea partir...
oiré tu adiós con mi alma...

Voy a extrañarte mi vida,
voy a extrañarte mi alma,
voy a acariciar tu piel
con las guitarras del alba,
para poder recordar
que era a mi a quien amabas,
¿qué haré yo ahora sin ti?
¿qué voy a hacer si tú me faltas?.

Voy a extrañarte mi cielo.
no sé que hacer, qué decir,
me faltan muchas palabras
para expresar que contigo
se fueron mis esperanzas.

Si algo conservas de mi,
algo que a ti te alcanza,
nunca lo dejes morir,
para soñar...
que un día a mi me amabas...

TE LO ESCRIBÍ EN UN PAPEL



Tal día como hoy,
hace ya muchos años,
te encontré un atardecer
sentada en ese banco,
haciendo barquitos de papel,
en ese banco de ayer,
sí...era un atardecer
yo lo recuerdo muy bien.

Llevabas una carpeta,
y un jersey escocés,
yo dibujaba tus ojos
en un trocito de papel.

Entre las clases de historia,
y las clases de inglés,
nos dijimos que nos amaríamos
escribiéndolo con letras grandes
en otro trozo de papel.

Dibujamos dos corazones,
uno del derecho y otro del revés
y nos fuimos a jugar juntos,
con los chicos al traspiés.

Nos hicimos mayores,
tuvimos que crecer,
y en mis noches de vela
y mirando a la luna
yo te dije que te amaré.

La vida nos separó,
nuestro amor no pudo ser,
pero siempre te recordaré
sentada en ese banco de ayer
haciendo los barquitos de papel.

Hoy encontré en un saliente,
los versos que me escribiste
una noche que me dijiste
que amabas locamente.

Pero muy seguramente,
hoy estarás navegando
con tus barquitos de papel
con otra carpeta grande
y otro jersey escocés.

Cuanto no daría hoy yo,
por ir otra vez contigo
a aquellas clases de inglés,
para escribir juntos de nuevo
dos corazones unidos
en un trozo de papel.

Sumergido entre mil dudas,
con todo mi sufrimiento,
esta noche voy a dormir
entre los brazos del viento.

Y soñaré con tu amor,
y soñaré con el viento,
y te daré todo mi amor...
parece que te estoy sintiendo...

TE ESCRIBI UN POEMA EN LA ARENA



En una playa desierta,
era un dia con mucho sol,
te escribi este poema
estando solos tu y yo.

Yo tenía mucho frío,
tú me diste tu calor,
y en le medio de la arena
este poema nació:

Eres la luz que me alumbra,
eres mi historia de amor,
eres de todo el jardín,
la más bella y linda flor.

Eres mi lluvia de abril,
eres la fe que perdí,
eres mi sueño de ayer,
el más bello amanecer.

Eres mi tibio rincón,
eres mi mejor canción,
eres mi paisaje, mi guía,
eres mi gran ilusión.

Eres mi manantial,
mi bello cañaveral,
eres como una olla
en el medio de mi mar.

En aquella arena
donde te escribí el poema,
nos abrazamos los dos,
y la espuma de una ola
aquel poema se llevó...

Nos amamos en silencio...
fuimos testigos los dos,
y en aquella playa desierta
nuestro amor renació...

TE ESPERARÉ




Te esperaré
donde canten los silencios.
donde terminan mis sueños,
para llenarnos de besos.

Te esperaré,
donde las olas del mar
tocan tu cuerpo con mi cuerpo...
te esperaré
hasta oír de tus labios
un te quiero...

Te esperaré
en el principio y en el fin,
junto a las flores
que cogíamos en el jardín,
donde aun vive la flor
que plantamos
en aquel apartado rincón.

Te esperaré
en mis dulces sueños...
aunque un día
te encuentres muy lejos de mi...
y yo tenga sed de ti.

Te esperaré,
entre el viento y una nube
junto al sol,
en una barca con remos
donde solo quepamos los dos...

TE ESCRIBÍ UN POEMA



( A Mis Trujillo 1962)

Te escribí un poema
y me vino de regreso,
ese poema murió
en los labios de tus besos,
nunca tuve una respuesta,
fue preso de tu silencio.

Te lo volví a enviar
en una carta lacrada,
y la carta no llegó,
se perdió una madrugada.

No pudo ser enterrado
porque no hay cementerio
para los versos que mueren
siempre solos y en silencio.

Quiero buscar el poema
que una tarde se murió
en los labios de tus besos,
pero no lo encontraré
porque tú lo has enterrado
en la sombra de tus sueños
que guardan tus pensamientos.

Quizá se haya ido al mar
y estará entre las olas,
o quizá esté dormido
dentro de las caracolas.

Hoy me queda la amargura
del porqué no lo leíste
cuando te envié la carta
una noche que te fuiste...

SI TE PREGUNTAN



( A Manuela con mi cariño )

Si algún día te preguntan,
quien fui o quien era yo,
responde que era armonía,
diles que también fui amor,
que fui amigo del alma
de todos a los que él amó.

Que fui mañana o fui noche,
con luz y con resplandor,
que fui cigarra y libélula
para cantar y volar
con todos los que él amó.

Pero si otro día te preguntan
quien fui o quien era yo,
diles que me enamoraba
la ternura y el candor
de las mujeres sensibles,
de las que me daban calor.

Y si otro día te preguntasen,
de nuevo quien era yo,
diles que fui un poeta
con alma de soñador,
que me hubiese gustado ser
tan tierno como es tu amor,
con alas de ruiseñor
para poder volar siempre
a la casa de tu amor.

Diles que a veces soñaba
y que lloraba de amor,
que me gustaba el amar
y soñar con el amor.

Pero si insisten en preguntar
todavía quien era yo,
diles que los poetas
acunan la vida con amor,
como las olas del mar
a una embarcación,
diles que los poetas nunca mueren
solo dejan de soñar
porque yo era un soñador...

SUEÑOS ROTOS



He olvidado
los arco iris de colores,
las mariposas volando,
porque nunca contigo los ví.

He olvidado,
el nombre de todos los recuerdos
y de todas las sensaciones
que siempre te dí.

He olvidado,
el sabor de los besos robados,
que jamás los robé
porque no me atreví.

Son los sueños rotos
que siempre yo sentí,
porque tú siempre
te apartabas de mí.

He olvidado,
el timbre de tu voz
al decir un te quiero,
porque nunca contigo lo oí.

He olvidado,
la sensación de una caricia tierna,
que nunca salió de ti.

He olvidado también,
los momentos y recuerdos
que pudimos pasar juntos,
y de aquellos sentimientos,
pero nunca los sentí.

Son los sueños rotos,
de un amor que pudo ser,
fantasías de un alma
que hizo todo lo posible
para que pudiera
haber sido o ser,
pero que la final
no pudo ser.

Un alma que sufría en silencio
por un amor
tan escurridizo como un pez...

SI ME EXTRAÑAS

( A Rosa Amalia con cariño )

Si un dia me extrañas.
si notas mi ausencia,
búscame en mi casa,
búscame en la esencia.

Búscame en los rios,
búscame en la playa,
vete un día al parque
y espérame en el banco
donde me sentaba,
y en aquel otro sitio
donde tú bien sabes
que yo me ocultaba.

Quédate en mi cuarto
y usa mis sábanas,
duérmete en mi cama
usa mi almohada.

Si un día escuchas música,
pon esa canción
que sabes que a mí
tanto me gustaba,
usa mi perfume,
riega bien mis plantas,
léete mis libros
en las madrugadas.

Deja que tu alma
se junte con mi alma
allá en una nube
a la salida del alba.

Si un día yo me duermo,
y nunca más despierto,
piensa que todo
es y será solo un sueño,
y que te esperaré
para recitarte mis versos
junto a las estrellas,
junto a los luceros.

SIEMPRE LO MISMO



Pasé por la larga calle,
aquel era el balcón,
allí estaba aquel nido
de unas palomas blancas,
que ahora está roto y vacío,
porque se fueron a vivir
a las orillas de un río.

Cuando ella se vino conmigo,
todo lo cambió de sitio,
le dio color al balcón,
le dio calor a mi nido.

Puso una maceta blanca
en el medio del pasillo,
donde muy pronto nacieron
lirios blancos y amarillos.

Luego volvió con un gato
que era despierto y muy vivo,
que le mimaba a diario
como si fuera su niño.

Limpió muy bien el balcón.
que estaba sucio y dormido,
y colgó un cuadro de flores
que alegraba hasta el estío.

Una noche que nevaba
quiso quedarse conmigo,
y me pidió ella permiso
para mudarse ahora mismo.

Le dí un abrazo y un beso
entre medio de suspiros,
y nos fundimos los dos
en un ambiente de frío.

Era mi mejor amiga,
compañera de fatigas,
y paseábamos juntos
las tardes de los domingos.

El mundo seguía su curso,
parecía que la vida
se hubiese detenido
en ese instante mismo.

Recuerdo que un dia,
un dia que era festivo,
un día de mucho frío,
subí al trote la escalera
hasta llegar a aquel piso,
para darla la noticia
que al fin nos casaríamos
en la fecha que ella quiso.

El piso estaba vacío,
ni una nota, ni una carta
porque nada me había dicho,
solo el olor y el perfume
de sus preciosos vestidos,
noté que estaba allí el gato
solo y medio dormido.

Un soplo de sangre helada
quebró mis cinco sentidos,
la llamé, no contestaba,
salí al balcón y dí un grito,
se había marchado a otro sitio
y me dejó malherido.

Rompí el tiesto de las flores,
de aquellos lirios tan lindos,
cerré los ojos y quise
volverla a ver en su sitio.

Pero ella allí no estaba,
y mis ojos al abrirlos
me dijeron que es que ella
de allí ya se había ido.

Recogí algunas cosas,
al gato y los lindos lirios,
y me marché cabizbajo
abatido y confundido.

Allí quedaba el balcón,
allí quedaba mi nido,
solo me queda el recuerdo
de un gato que se encontraba
desesperado y perdido.

Somos dos sombras vivientes
que rondan el edificio...
y yo....
yo sigo siendo el mismo...

ROTA



En sus sueños de amor
se ve corriendo en la playa,
tiene miedo al dolor,
se siente sola y abandonada.

Todo se rompió,
como un cristal vacío,
un amor la abandonó,
llora y tirita de frío.

Se encuentra sola y perdida,
como una gaviota herida,
ya no hay luz en su vida,
su alma de tanta pena
la tiene partida.

Por fuera, en la calle,
hace frío en la calzada,
y ella en su habitación
muere de pena tumbada.

Los rayos del sol
calientan su cama
donde ella yace muerta
mirando a la ventana.

Cuando vinieron a enterrarla,
tenía una carta
en su mano agarrada,
muy fuertemente agarrada.

En esa carta dibujó
un gran corazón
con tinta roja y dorada,
y una letras que decían:

Si se pierde la ilusión
por aquel al que yo amaba,
ya solo queda el dolor,
ya no me quedaba nada...

RECUERDOS



( Para Beatriz Quezada con cariño )

Hoy he vuelto a caminar
por las veredas de antaño
donde han crecido pétalos
al cabo de muchos años.

Y he visto en esos pétalos,
mi corazón cansado,
y vientos de nostalgia,
recuerdos olvidados.

Por la ventana abierta
de los silencios cálidos,
un aroma de otoño
a mí me dio la mano.

Y he recorrido sendas,
y riscos y quebrados,
he bebido en los ríos
y dormido en los prados.

Los senderos se han borrado,
los árboles se secaron,
los pastores ya no acuden
a recoger su ganado.

Y aquella ermita blanca,
que existía en aquel prado,
el paso de los años
también lo ha derribado.

¿Dónde estará aquella alondra,
que se bañaba en el río
y alegraba con sus trinos
aquél rincón tan sombrío?

¿Y aquellos jilgueros pardos
que bebían en la fuente,
y las bellas violetas
que crecían en el puente?

Ha pasado largo tiempo,
han sido tantos los años,
que los pelos de la luna
se han vuelto todos muy blancos.

Todo se ha ido muriendo,
ajando y marchitando,
y mi alma dolorida
también se está ya marchando...

QUIZÁ



Quizá algún día puedas
beber otros lindos labios,
pasearte por los puentes,
quizá algún día puedas
beber en mejores fuentes
y acariciar con tus manos
cuerpos desnudos e inertes.

Podría ocurrirte que un día,
sueñes un poco conmigo
embriagándote tu cuerpo
con un olor cálido y limpio.

Quizá algún dia puedas
decir a alguien te quiero,
engañándote a ti misma,
pero jamás en tu vida
olvidarás fácilmente
aquellos besos de amor
que nos dimos un invierno.

Pero un dia,
cuando mires otros ojos
te creerás que son míos
y entonces te darás cuenta
que son dos ojos furtivos.

Podría ocurrir que en tu alma,
sientas un poco de frío,
y en el fondo de ti misma,
sentirás, estoy seguro
un profundo escalofrío.

No sé si me olvidarás,
o si sentiste un gran miedo,
yo ya sé que tú ya te vas,
yo sé que solo me quedo...

POEMA QUE IMPRESIONA



( Este poema puede herir la sensibilidad del lector )

Un palpitar de tambores
bajaban por los barrancos,
que ya anunciaban la muerte
de un hombre negro y esclavo,
se oían por las cabañas,
voces de luto y de llanto.

Hace tiempo él era libre,
mas no puede recordarlo,
le cazaron en la jungla
fueron unos hombres blancos,
que los cazaban con cepos
y con perros adiestrados.

Cogieron a tres millones,
los metieron en un barco,
hicieron la travesía
la más dura que han soñado.

Solo les dan de comer
pescado podrido y malo,
con cadenas en sus pies,
con cadenas en sus manos,
y otros días les dan solo,
plátanos con gusanos.

Todos los negros tenían
el corazón como un paño,
corazón negro por dentro,
con la sombra de hombre blanco,
manos trenzadas al viento,
manos rebeldes, sus manos,
el cuerpo con cicatrices
como los troncos de un árbol.

El hombre blanco no ignora
que son unos seres vivos,
que eran pobres campesinos
en las junglas escondidos.

Al amo le habían contado
que el potro que no aparecía,
y que precisamente había nacido
hacía muy pocos días,
lo había vendido aquel negro
para preparar su huída.

Al negro lo desnudaron,
le ataron a un tronco de árbol,
y le condenaron a recibir
trescientos diez latigazos,
esa era la justicia
de aquellos hombres blancos.

Los gritos de aquel pobre negro
se oían por todos los llanos,
los grillos dejaron de cantar,
no parecían ser los gritos
de aquel negro ser humano.

Gritos implorantes, fieros,
ecos que llora la tarde,
olor moribundo a negro,
risas de los hombres blancos
sepultadas en el tiempo.

Solo se oían los ruidos
de aquellos latigazos
que le dieron sin parar
a aquel negro atado a un árbol.

El esclavo yace muerto,
tiene los ojos hundidos,
más que un hombre parece
un animal fallecido.

Pero aquel hombre blanco
que mató a aquel esclavo
sin tener ningún sentido,
estará siempre muy muerto,
aunque le lata el corazón, amigos,
porque su conciencia le irá diciendo
que ha sido un asesino.

Por los caminos del cielo,
se ven cenizas y olvidos
que entristecen a los hombres
que se sientan bien nacidos.

El negro era inocente,
no era capaz de robar
ni un pequeño saltamontes.
el negro era un buen hombre,
el negro por no tener
no tenía ni un nombre.

Ya le llevan a enterrar
en una caja de pino,
se oye el ladrar de los perros
por la hacienda y los caminos.

Dejan la caja en la hierba,
parece que está dormido,
y el negro más complaciente
le dice así en su despido:

Hermano negro del sol
hermano negro divino,
ya nunca sentirás hambre
ni tampoco ningún frío,
allí arriba serás,
uno de los elegidos,
ya tienes la libertad,
brota como un pequeño río.

Cuando estés allá en el cielo,
reza un poco por nosotros,
me acuerdo que cuando niños
jugábamos con los potros
por las orillas del rió
en la alameda de chopos.

El negro cuando era niño,
al amo le daba asco,
mamaba de su mamá
su leche de color blanco,
y ayer el pobre murió
por las palizas de un blanco.

Qué ironías de la vida,
los lobos de las montañas
tenían todos también
los dientes blancos, muy blancos.

Los hombres blancos decían
que él no ha sufrido tanto,
que son cuentos que se cuentan...
y las gaviotas volando...

Los ciervos por la alameda
son también del color blanco,
vuelan cuervos por la luna
parece que están andando...

Duérmete para siempre, negro,
no sea que el hombre blanco
haya mandado a esos cuervos
para picarte en tus manos.

Los hombres blancos decían
que éramos unos vagos,
y nosotros con dolores,
silenciosos y doblados,
siempre con la pesadumbre
en el alma y en las manos.

Mañana se oirán en los bohíos
voces de luto con llantos,
y el sonido del viento se oirá
entre los negros cánticos,
y los tambores estarán,
a música de muerte tocando...

La noche es bella
la luna ya clarea,
pero para nosotros los negros
hasta las estrellas tienen sus rejas.

Duérmete hermano,
duérmete en la alberca
que es donde te enterraremos
en el azul de la noche inmensa...

Porque tus padre y hermanos
seguirán fecundando
toda la tierra,
para decirle al hombre blanco,
que nuestras manos
son como dos mariposas
que un día
se irán volando...

Se acerca la noche negra,
y se acerca el alba blanca,
el negro no vale nada
el negro no tiene ni alma...

Las gaviotas estaban esperando
a que tú te durmieras
para venir volando...
parece que están viniendo,
parece que están llegando...

Los ríos bajan turbios,
con piedras y llenos de lodo,
con trozos sangrantes de muerte,
con silencios y llantos rotos...

Mañana cuando los negros
oigan caer a la lluvia,
vendrán todos a llorar
allí donde esté tu tumba...

Rojo color de la sangre
salió el sol al horizonte,
y lo primero que hizo
fue alumbrar a la tumba
del negro en medio del monte...

Al llegar la primavera
vendrá en una nube blanca,
una mariposa negra
y una mariposa blanca.

Y danzarán con el viento
a la salida del alba,
y es que las mariposas no entienden
ni de colores ni de razas,
y vivirán siempre juntas
en la tumba solitaria...

PARA SABER QUE TE QUIERO




En el silencio de tus ojos
siempre me pierdo,
en el universo de tu mirada
siempre te encuentro.

En las caricias de tus manos
siempre me pierdo,
en la sonrisas de tus labios
siempre te quiero.

Porque eres toda un sabor
de ricos sentimientos,
sabes a noches y a silencios,
sabes a ternura y a anhelos,
sabes a melodías,
a pasión y a fuego.

Sabes a mi mundo,
sabes a besos,
sabes a amor,
sabes a un amor eterno...

Sabes a suavidad y azúcar,
sabes a lo que yo más quiero,
a la dulzura prendida
en tu alma y en tu cuerpo.

Sabes a sabor del alma,
sabes a bellos sentimientos,
sabes a arco iris y rosas
sabes al sabor del cielo.

Tienes el sabor de estrellas
y de los mismos luceros
dame tu boca mi amor
para saber que te quiero...

NOCHE DE OTOÑO




Noche de otoño,
ruido de viento,
ruidos de lluvia,
verano muerto.

Hojas que vuelan,
los árboles quietos,
rumores de hojas,
silencio inmenso.

La hierba ya no tiene
su olor suave y fresco
como cuando los dos juntos
nos dimos el primer beso.

Íbamos por el campo,
ocultos y en secreto,
ahora el otoño,
y lo mismo que tú y yo
se ha hecho más viejo.

Tú ya no estás,
pero aun te quiero,
y sé que tú a mi me extrañas
porque siempre me lo dice
la lluvia y el viento.

Noche de otoño,
vestida de negro,
y mientras yo me duermo,
te veo en los ríos
de mis recuerdos
y te llevo siempre conmigo
en todos mis pensamientos.

Mientras estoy solo
y en mi cama duermo,
una nube de otoño
viene cada noche
a darme un beso.

Pero hoy,
está la noche estrellada
y vestida de negro,
pero es porque tú no estás
y yo...te sigo queriendo...

MI GUITARRA



Suena, mi guitarra, suena,
aunque mis dedos un día
ya nunca tocarte puedan,
y no suenen melodías
por tener las manos quietas.

Suena, mi guitarra suena,
que mientras te queden cuerdas,
no dejes de sonar nunca,
que no se oigan las tristezas.

No dejes nunca guitarra
que se te apague el sonido,
el sonido de tus cuerdas,
que ya ha salido la luna
y la noche pronto llega.

Un día no muy lejano,
mis manos quedarán quietas,
pero tú no dejes nunca
de sonar en una fiesta,
aunque mis manos ya viejas
ya nunca tocarte puedan.

Suena, mi guitarra, suena,
que el sol ha salido y quema,
y el canto de las cigarras
por el monte y campo suenan.

MI CABALLITO DE CARTON




Caballito de cartón,
cómo jugaba contigo
subido sobre tu grupa
siempre por aquel rincón.

Caballito de cartón,
yo era el príncipe azul,
que buscaba a una princesa
con falda rosa y de tul.

Y cuando ya la encontrábamos,
venía un hada del bosque,
y con su varita mágica
siempre nos casábamos.

Caballito de cartón,
todavía aun lo recuerdo,
cuantas batallas ganábamos
cuando a la guerra jugábamos
estando solos tú y yo.

Caballito de cartón,
¿te acuerdas cuando te ponía
tus herraduras de dos en dos,
que las hacía de madera
para que te encontraras mejor?

Caballito de cartón,
hoy te llevo en mi recuerdo,
y para bien esconderte
te metí en un cajón.

Tu relincho rompió el silencio
recordando tus hazañas,
y con el paso del tiempo,
la gente te ha descubierto,
a pesar de tenerte bien escondido
y estando bien a cubierto.

Ahora ya no jugaremos más,
mi caballito de cartón,
porque seguramente te reciclarán,
y por las praderas del cielo
tu alma trotará y galopará,
y el día que yo me muera,
mi alma con la tuya se encontrará.

Y entonces recordaremos,
mi caballito de cartón,
lo felices que siempre fuimos
estando solos tú y yo
montando sobre tu grupa,
mi caballito de cartón.

LA MUÑECA

Después de tantos años
de pasar por una esquina,
una triste muñeca
parece que me mira.

La muñeca era bella,
con el pelo rojo,
su cara de luna,
sus pendientes de oro.

Tenía la muñeca
una pierna rota,
zapatos azules,
ojitos de mora.

Le arreglé la pierna
que estaba muy rota,
y al sentirse mejor,
la muñeca me dio un beso
y de emoción lloró.

Ahora aquella muñeca
está muy agradecida,
porque gracias a mí,
le ha cambiado la vida.

Se hizo novia de un muñeco,
muy amante de la vida,
y cuando paso por su lado
siempre veo que me mira.

Aunque a mi me parece
que hasta un ojo me guiña,
en agradecimiento
de haberla arreglado
su pierna partida.

LA CONOCIÓ EN UN TREN



Una mujer llamada Zayra Omaet
conoció a una señora en un tren,
ella se sentó a su lado
y mientras hacían el trayecto juntas
ella le dijo: parece que hoy va a llover,
parece que vamos volando,
ya pronto veremos el mar.
verás que belleza tiene el océano.

Y Zayra la contestó:
mira , dentro de poco verás
que abajo en el agua,
los peces parece que lloran,
y sus pequeñas lágrimas
forman el mar y las olas.
Y así juntas y charlando
iban hablando de todo,
de lo divino y de lo humano.

Parece que hoy no hay Dios,
no hay paz, no se ve el amor,
aun hay mucha esclavitud,
y mucha desolación,
unamos nuestras manos
para aliviar tanto dolor,
hagamos un canto al amor.

Aquella señora
que conoció Zayra Omaet
un día misterioso en un tren,
tiene el pelo largo, liso,
es tan tierna y suave
como la piel de un pez,
profunda su mirada,
su alma muy delicada
y untuosa como una nuez.

Aquella mujer del tren
se había separado,
se la murió el amor
en un día cálido.

Ahora en su habitación,
las horas del amor
aun la hacen sombras,
por eso la llenan a cada instante
de una gran desilusión....
y siempre llora...

La vida de ella,
es como un tren que da la vuelta,
es como un tren que se detiene
y te invita a subir
y otra vez se detiene....
se detiene y te abre sus puertas
parece que están siempre abiertas...

Para ella ese tren se derrama
y parece que va gritando
por todas las vías,
si...parece que va gritando,
mientras sigue su camino
circulando y circulando...

Parecía que aquella mujer
que Zayra conoció
un día gris en aquel tren,
no tenía más vida,
pero encontró en Zayra Omaet
la mejor de las sonrisas.

Se encontraba sola, entristecida,
se quedó en la ventana de las sombras,
y se marchó a llorar en las penumbras
no había calor en su alcoba.

Aquella mujer
tan triste y dolorida
quería que Zayra
la salvara la vida,
y Zayra la rehuía
porque quería
que saliera a flote
solo con su energía.

Ahora,
aquella amistad que nació
un día en aquel tren,
va a durar toda la vida,
ambas se quieren y se necesitan
ese es el amor de la vida...

Ahora el paisaje de su nueva vida
tiene muchas flores amarillas,
y Zayra será para ella siempre
el paisaje mas lindo de sus días...

Zayra le decía a Mari Carmen,
que así se llama la pasajera
que un día conoció en un tren
sola y llena de penas:

Camina sin descansar,
en busca de tu nuevo destino,
y una luz sin duda alcanzarás,
y llegarás así a tu nuevo camino...

Una tarde en tu jardín sombrío,
entrará una bella mariposa,
transformando tu corazón tan frío
en un rosal lleno de mil rosas...

HE VUELTO




Hoy he vuelto a caminar
por las sendas del ayer,
y en una barca de nácar
comencé a renacer.

Pasó el tiempo muy despacio,
sin prisas para el querer,
deprisa para el ocaso,
amargo para el revés.

Y a pesar de tantos años,
he podido comprender
que el tiempo todo lo puede,
y a veces...no puede ser...

El río sigue su curso
y las veredas también,
las piedras siguen las mismas,
las fuentes no tienen sed.

Volví a recordar los sueños,
las añoranzas, después,
ayer recorrí tu senda,
mañana...no podrá ser...

EL VAGABUNDO




Se murió al amanecer
cuando la noche vencía
y ya empezaba a clarear
el cálido y nuevo día.

Velaban a su cadáver
la miseria, la esperanza,
y también, qué paradoja,
la diosa de la fortuna
y la sombra de un fantasma.

Tenía un corazón dibujado
en su pecho vencido,
su única herencia
era un pájaro en el hombro
que estaba herido.

Hoy irán a su entierro
cuatro amigos de veras,
un perro y un vagabundo
que compartieron miserias.

Mañana al atardecer,
cuando le cubra la tierra,
florecerán cinco rosas
en el medio de una estrella.

Pero pasado mañana
ya no vendrá nadie,
solo la muerte en traje de luces
dará vueltas por el aire,
aquella muerte que vino
un día presta a buscarle...

EL NIÑO BUENO



Mamá, déjame ir a buscar
los luceros con el viento,
y dar un besito a una estrella,
aunque estén allí tan lejos.

Mi niño, eso es imposible,
las estrellas que me dices
están pero que muy lejos,
y lo mismo les pasa
a los preciosos luceros.

Mami, ¿me dejarás entonces
irme a vivir a una nube?
Mi niño, para subir a una nube
hay que subir mucho trecho,
ya me dirás como subes,
están tan lejos...

Mami, y si me voy un día
y me quedo con el sol,
me quemaré o si no
allí un rato me quedaré
y sentadito te esperaré,
mami,
¿y se me llevo un parasol
para protegerme del sol?

Mi niño, allí hay mucho fuego,
deja eso para luego.

Mamá, ¿puedo meterme en el mar
y jugar con las sirenas
y las estrellas del mar?
Mi niño, para entrar en el mar
hay que saber bien nadar.

Mamá, ¿puedo irme con las hadas
que están al otro lado del mar?
Mi niño, las hadas
viven en los grandes bosques,
y para poder ir a verlas
hay que coger muchos transportes.

Mamá, dime una cosa,
¿puedo irme a ver a Dios,
y ver allí a la Virgen
y darles un beso a los dos?

Mi niño, a Dios y a la Virgen
no se les puede tocar,
solo los hay que rezar
de vez en cuando una oración,
y llevarlos muy adentro
de tu pequeño corazón.

El niño no se cansaba
de preguntar y preguntar,
todo lo quería tocar.

Un día vino a buscarle
una horrible enfermedad,
y en un momento que tenía
de mucha tranquilidad
le dice así a su mamá:

Mami, ya veo que viene Dios,
ya casi le puedo tocar,
le veo que vive en el cielo
y que me viene a buscar.

Vete hijo, vete
a Dios no se le puede contrariar,
si él te quiere a su lado
por algo bueno será.

Y estando agonizando
solo él con su mamá,
entró por la ventana
casi casi de repente
una luz incandescente
que le tatuó en la frente
un lucero azul
y una estrella
brillante y muy verde.