EL MUNDO NO ENTIENDE DE AMORES




A Loly con mi cariño

A veces el mundo no entiende de amores
ni de los sufrimientos del alma,
el mundo es un largo poema
que solo lo recita el alma.

Dame de comer en tu mesa,
dame de beber en tu jarra,
que si vienen de tu alma tan blanca
no me parecen que sean migajas.

El mundo no entiende de amores,
ni de poesías ni de nada,
el mundo es un largo caminar
entre batallas perdidas y ganadas.

Amores que se desgranan
como los granos de la granada,
dolores y sufrimientos
que suenan como sonatas apagadas.

Pero los versos que componen la vida,
son siempre poemas del alma,
voy a poner a mi alma en venta
para ver si eres tu quien quiere comprarla...

Anoche yo tuve dos sueños
en los que yo te hablaba en voz alta,
pero mis palabras se murieron
a la salida del alba.

Mis sueños se fueron creciendo
como crece un niño en la alborada,
pero cuando salía la luna
la noche olvidó mis palabras.

La noche tejía crespones,
y al llegar la madrugada
tú no habías venido
y mi voz se quedó apagada.

Y es que a veces el mundo
no entiende de amores
ni de poesías ni de nada,
y mi cama se quedó vacía
llorando un poema de mi alma...

YO TENIA QUINCE AÑOS




La veía en la misa
todos los domingos,
en la iglesia que había
enfrente de su colegio,
éramos muy amigos.

Cabellos rubios,
trenzas en el pelo,
su vestido era blanco
como de terciopelo,
la mirada altiva,
sus pendientes del color
azul del cielo,
y en sus manos
su libro preferido,
el de los Sortilegios.

No podía hablar con ella,
siempre iba acompañada
por la calle aquella,
pero al pasar la esquina
ella siempre me miraba
y la veía divina...
yo todo emocionado
la observaba
y la sonreía...

Si yo hubiera sido un ave,
la hubiera dado un beso
en sus labios tiernos
y la recitaría
de amores
mis primeros versos...

Versos de los quince años,
de pasión y fuego,
llenos de ternura
y de sentimientos.

Ha pasado mucho tiempo,
pero todavía la recuerdo
con sus trenzas al viento,
con sus labios bellos.
con dolor en el alma,
con suspiros eternos...

VIAJERA SOLITARIA




A Beatriz Quezada con mi cariño

Viajera solitaria
¿porqué siempre te escapas?,
¿no ves que eres tejedora de ensueños,
y de versos de guirnaldas?

Cruzaste valles y montañas,
si bebiste la miel del amor,
¿porqué eres tan solitaria?
¿porqué siempre te escapas
viajera del amor,
viajera solitaria?

No sé en que lugar te escondes
ni que ciudad te hayas,
por eso yo te pido
que vuelvas,
mi viajera solitaria,
porque aunque yo no te vea
yo sé que todavía
quizá aún me amas.

Un día salí a buscarte
en una gran barcaza,
pero el timón se estropeó
y las grandes corrientes
me devolvieron a mi casa.

La brújula del amor me dice
que ya no sientes nada,
que el amor se te murió
en aquella madrugada.

No te vayas
viajera del amor,
viajera solitaria
no te vayas,
hagamos juntos
un arco iris
de violetas y de palmas
para vivir nuestro amor
junto a la estrella del alba...
allí seré yo para siempre
tu amor y tu guardaespaldas...

UNA CALLE




En la calle del requiebro
es donde siempre me pierdo,
antes era del deprecio,
hoy es del desasosiego.

Siempre me daba la vuelta
como hacen los veleros
cuando se encrespa la mar
y se pone el cielo negro.

En esa calle tan rara,
donde yo siempre me pierdo,
procuro ir muy deprisa,
procuro ir muy ligero.

Yo cruzaba aquella calle
porque tú vivías muy lejos,
iba soñando contigo,
iba pensando en silencio.

Tú tomaste otro destino
que te transportó muy lejos,
y me llegó un resplandor
deslumbrante como un fuego.

Pero un día me perdí
en otra calle más lejos
donde sola tú habitabas,
y al acercarme en silencio
te ví, y me diste un gran beso.

Con unas letras doradas,
en la sombra de tus sueños,
había un cartel que decía:
bienvenido aquí a tu cielo...

POEMA DE UNA MUJER

Cada noche yo sueño
que en tus brazos me duermo,
que me cubres mi piel
de ternura y de besos.

Y como no te siento,
me voy a volar
para ir a tu lado
alli donde tú estás...
y decir que te quiero...

Soñaré que existes,
y si estás en algún lugar,
es posible que un dia
yo te pueda encontrar.

Pero una vez amé a un hombre,
era en una bella primavera,
al marcharse me dijo
que volvería pronto
para que yo me lo creyera,
y me dejó en mis labios
el sabor de una flor de primavera.

Ha llegado el otoño
y aún le espero,
y aunque sé que ya nunca
jamás volverá,
le amaré con deseo
en las noches de mis sueños...
mientras entre llamas
se consumen mis silencios.

NO TE PUEDO OLVIDAR




Puede temblar el alma mía,
cuando te veo pasar,
puedo no pensar en ti
dia tras dia...
pero no te puedo olvidar...

Si te miro a los ojos
y te vas a marchar,
cuando escuche tu nombre
no te podré olvidar.

Si te veo con otro
y te encuentro al azar
sabes que mi alma
nunca te podrá olvidar.

A partir de ahora
ya nunca sabrás
lo que me dijeron
las olas del mar..
que te olvide en silencio...
pero no te puedo olvidar...

MI SED




Mi sed se apaga en tu boca,
mi sed se apaga en tu alma,
en cada beso quisiera
beber tu néctar al alba.

Yo quisiera ser la brisa,
ser el viento que te abraza,
ser la aurora que te mima,
ser la noche que se acaba.

Mi cuerpo se va a tu cuerpo,
mi alma se va a tu alma,
eres la luz que me alumbra,
eres mi sed que la apagas.

Tus labios de color fresa
me besan por la mañana,
y es entonces cuando escucho
el canto de la calandria.

Voy a soñar con tus ojos,
que son color esmeralda,
no hay nada fuera de ti,
tu eres mi sola esperanza.

En tus labios de fuego,
mis labios se abrasan,
en tu alma tan limpia,
mi alma se calma.

Mi sed se apaga en tu boca,
mi sed se apaga en tu alma,
en cada beso quisiera
beber tu néctar al alba.

MIRANDO A LAS ESTRELLAS




Mirando a las estrellas me di cuenta
que nunca había visto tanta belleza,
y esta mañana al despertar
he visto una estrella fugaz,
sin rumbo ni destino,
quien sabe adonde irá.

Mirando a las estrellas me di cuenta
que el amor da un millón de vueltas,
que en ellas están los sueños,
y los miles de besos que nos dimos
en tantísimos momentos.

Que a veces nos sorprenden
y nos dan felicidad...
mirando las estrellas
te amé un poquito más.

Aprendí a sonreír,
a buscar siempre la verdad,
a no dejar que el amor se nos marchite
y a ver la realidad.

Mirándolas una a una aprendí
que es grande la amistad,
que no sirve llorar
cuando el amor se va.

Que debemos siempre buscar
la mayor felicidad,
que no existen fronteras,
que nos queda mucho camino
todavía por andar.

Mirando a las estrellas comprendí
que hay mucha enfermedad
en esta nuestra sociedad,
que la vida es el mejor regalo
que la debemos conservar...

Una noche me puse a contar
cuantas estrellas hay en el cielo,
y entonces comprendí
que solamente hay una
para cada momento,
y que basta una estrella fugaz
para alumbrar con su luz
a todo el universo...

LO QUE MÁS ME GUSTA DE TI




¿Quieres saber
lo que me gusta de ti?
Verás:

Los lunares de tu cara
y de tu cuerpo,
la sonrisa de tus labios,
la forma de tu pelo,
tus preguntas indiscretas,
la ternura de tus besos
en mis ojos negros.

Ser yo el sol, y tú la abeja,
tú el frescor y yo el misterio,
tú la flor de mi primavera,
yo el cantor, tú mi voz
y yo tu anhelo, tú mi ave,
yo tu cielo, tú la sierra,
yo el jilguero, tú la tierra,
yo el sendero, tú mi pozo,
yo el caldero.
Tú el amor...yo el silencio...
y...yo la lluvia
en tus labios tiernos...

LLUVIA




Llueve, parece que llueve,
y las hojas caídas
vuelan y remolonean
entre los trigales verdes.

Sigue lloviendo,
y las tiernas plantas
lo mismo que las flores,
ya están saliendo.

Noche de lluvia,
noche de calma,
noche de sereno,
mientras la lluvia cae
te llevo en mis recuerdos
y en mis pensamientos.

Lluvia, cae la lluvia.
agua solo agua
quizás mañana haga sol
a la salida del alba.

Cae más agua,
y sigue cayendo más agua,
hay olor a hierba buena...
y las estrellas en calma.

Parece un desamor
de las nubes tan mágicas,
quizás sean las lágrimas
que salen de algunas almas...

Lluvia, más lluvia,
agua solo agua,
gotas pequeñas de lluvia
que han salido de mi alma...

LA SIMIENTE




Un día de primavera
una pequeña semilla
en tu vientre penetró,
y al cabo de pocos meses
una rosa floreció.

Por las venas de tu cuerpo
ese ser se alimentó...
era una tarde de invierno
cuando un niñito nació.

Bebió el néctar de tus pechos
y le diste mucho amor,
y con el paso del tiempo
el niño se hizo mayor.

Hoy al cabo de los años
tú eras la mejor flor,
él te colmaba de besos
por haberle dado tanto...
mucho cariño y amor.

La semilla de su cuerpo
en otro cuerpo entró,
donde nacieron mellizos
nacidos por el amor.

Hoy te trajeron los nietos
que te dieron mucho amor,
ese amor que tú tuviste
cuando hace ya
bastante tiempo
y gracias a una semilla,
en tu vientre floreció...

LA NIÑA SE CAYÓ AL POZO




Salió de su casa,
cogió su cántara
y se fue al pozo
a llenarla agua.

Mientras caminaba,
el viento soplaba,
y un búho cantaba
melodías tristes,
melodías vagas.

Al fondo del pozo
se veía la luna clara
que se reflejaba en el agua
como si fuera de escarcha.

La niña al verla
se quedó callada,
y se asomó al pozo
para poder mirarla.

La niña llama a la luna
con su voz de plata,
y un golpe de viento
hasta el fondo la baja.

La niña no encuentra
un refugio para su alma
si al menos tuviera
una barca o un ancla...

La niña se cayó al pozo,
en el fondo se quedó,
era espuma azul del cielo
entre los lirios del sol.

Un pequeño pastorcillo
que por allí pasaba
la sube en volandas
derramando unas lágrimas.

La luna sonreía,
el viento soplaba,
y unos rayos de sol
su cara besaban...

LA NIÑA HILANDERA




El mar con su señorío
agita sus aguas mansas,
los peces revolotean
sobre las espumas blancas.

Noche callada y tranquila,
noche de las velas blancas,
las burbujas de las olas
son de ámbar y de nácar.

Mientras el inmenso mar
agita sus mansas aguas,
las estrellas van cantando
cantos bellos para el alma.

En los barcos, los marinos,
se relevan de sus guardias,
y una niña hilandera
con un huso que es de plata,
va devanando sus hilos
en una luna esmeralda.

Noche tranquila y serena,
noche de viejas nostalgias,
la niña hila un tesoro
de corales y de nácar,
con sus manitas tan blancas,
hila la niña una enagua.

La arena del mar inquieto
se cubre toda de agua,
mientras la niña hilaba,
un angelito la guarda.

Y mientras la niña hilaba
y el mar batía sus olas,
con sus manitas de nieve
hila la niña una estatua
mientras la calandria canta.

La noche toca a su fin
y en el medio del jardín
se dibujó un arco iris
y un capullo de alelí.

Cuando el sol se levante
al llegar la mañana,
la niña habrá hilado
con hilos de plata
un mar azul de horizonte
con las espumas doradas.

Con los hilos de la luna
la niña la arena bordaba...
mientras doce golondrinas
con sus trinos la cantaban...

LA MONJITA




Sobre el dintel de una fuente
una monjita rezaba,
y le pedía al buen Dios
que a su cielo la llevara.

La monjita tuvo un sueño,
sueño de plata y escarcha:
se convirtió de repente
en pequeña gota de agua
que vivía para siempre
junto a sus padres y hermanas
en el fondo de los mares,
entre azucenas muy blancas.

Allí se sentía feliz,
allí nadie la buscaba,
y en el medio de la noche
a su Dios así rezaba:

Señor, si tú quieres que esté aquí,
yo lo haré de buena gana,
y te seguiré rezando
cada mañana al alba,
espero que no me olvides
porque estoy desesperada.

Mientras Dios la protegía,
no decía nada y callaba.

Pasó muy tarde el invierno,
llegó muy pronto el verano,
los rayos de sol besaban
a aquella gota tan blanca.

El sol con su resplandor
la convirtió en nube blanca,
se fue junto a los luceros
a ver lo que allí pasaba,
y al no encontrar al buen Dios
repetía y repetía
su oración tan ordenada:
Señor, si tú quieres que esté aquí,
yo lo haré de buena gana,
yo te seguiré rezando
cada mañana al alba,
pero tú nunca me olvides
porque estoy desesperada.

Mientras Dios la protegía
no decía nada y callaba.

Se pasó pronto el verano,
llegó presto el invierno,
y la pobre gota de agua
en el mar se congelaba.

Se hizo copito de nieve,
se cubrió de blanca escarcha,
y una mañana de frío
se quedó en las montañas.

Al derretirse la nieve
se quedó encarcelada
en la corriente de un río
lleno de espumas muy blancas.

Del río salía una fuente,
era una fuente sagrada
donde las monjas cogían
agua para consagrarla,
una monjita muy joven
la metió en una jarra.

Señor, si tú quieres que esté aquí,
Yo lo haré de buena gana,
yo te seguiré rezando
cada mañana al alba,
pero tú nunca me olvides
porque estoy desesperada.

Mientras Dios la protegía
no decía nada y callaba.

El señor cura pronuncia
las palabras consagradas,
palabras que jamás nadie
pudo tan bien pronunciarlas.

El agua se transformó
en la sangre derramada
del Cristo crucificado,
y al rezarle la monjita
su oración acostumbrada,
desde el fondo de la cruz,
Dios sonreía y callaba...

LA BUSQUÉ




Se marchó un buen día
y salí a buscarla,
yo crucé mil ríos,
subí a las montañas.

Me perdí en la selva
me quemé en la lava,
soporté la lluvia,
el viento y la nada.

Pero yo cada día
salía a buscarla,
me subí a una estrella
para preguntarla,
y me dijo que ella
allí no estaba.

Me puse a rezar
y juntando mis manos
le pedí al buen Dios
que me la llevara.

La encontraron muerta
cerca de unas jaras
su sonrisa tierna,
su mirada clara.

Y en sus manos blancas
tenia dibujado un corazón,
y estaban escritas
estas palabras:
te quiero mi amor
deja que me vaya...

HOY TODAVIA PUEDO




Quiero hoy poder gritar
y hoy también lo escribo,
pero llegará un día
que calle para siempre
porque quizá me haya ido.

Quiero que mis amigos recuerden
que siempre tuve mil sueños,
que he soñado lo vivido
que fui un gran compañero

Cuando mis manos trémulas
no puedan ya escribir versos
se habrá marchado el poeta,
se habrán dormido mis sueños...

Pero una noche te ví
en el cielo de mis sueños,
y nos juntamos las manos
y nos quisimos de nuevo.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero

ESCRIBÍ TU NOMBRE




A Marthita con cariño

Sobre la espalda
de un pez rayado,
con el mar en calma,
escribí tu nombre
una mañana.

Y a medida
que lo escribía,
yo aun te amaba,
vino una ola
y lo borraba.

Sobre la playa
lo escribí entonces,
por si en la arena
se conservaba.

Vino la brisa,
vino la lluvia
vino la escarcha,
y de tu nombre
no quedó nada.

En dura piedra
lo escribí entonces
por si acaso allí
se conservaba.

Como en la espalda,
como en la arena,
como en la piedra,
lo borró el tiempo
que todo acaba.

Lo escribí entonces
en mi corazón,
en mis entrañas,
y allí lo llevo
eternamente,
nunca se borra,
jamás se acaba...

EL MOZO Y LAS FLORES BLANCAS




Un mozo va caminando
entre los parajes verdes
para rondar a su amada,
y en el medio del camino
bebía el agua muy clara.

Va silbando de alegría
pisando la nieve blanca,
en sus manos lleva flores
como la nieve de blancas.

A lo lejos se divisa
la morada de su amada,
se peina un poco y suspira
era casi madrugada.

Al verle su amada dice:
¿Dónde vas tan de mañana?
¿no ves que los ruiseñores
a estas horas nunca cantan?

Vengo a verte a ti mi amor,
y en una cañada clara
habían crecido estas flores,
las cogí con toda mi alma.

Dime mi amor,
donde está esa cañada,
nunca en la vida yo ví
unas flores tan blancas
y del todo perfumadas.

Fue el milagro de un ángel
el que hizo crecer
esas flores tan blancas,
mientras caía la nieve
dos estrella las guardaban...

Donde había pedregales,
nacieron las flores blancas...

CUANDO...




A Carmen Bregón con mi cariño

Cuando las hojas del otoño
caen sobre el fondo del mar,
parece que estás conmigo,
porque te vuelvo a recordar...

Sé que estás en otro lugar,
porque las gaviotas con sus trinos
cada tarde al anochecer,
me lo vienen a contar.

Recuerdo siempre aquel despertar
donde nos amábamos en secreto
entre las olas del mar,
aquel era un amor tan sincero,
que era un amor a perpetuidad

Hoy otra vez soñé contigo,
y me pareces que aun estás,
pero al despertarme de ese sueño
nunca a mi lado estás.

Siempre te escribo poemas,
porque no puedo olvidarte jamás,
y mi dolor se calma
pasando las noches en soledad...

Y mientras te recuerdo,
no te quiero olvidar,
si alguna vez yo te viera
te volvería a hechizar...

BESO

Estábamos solos en medio del bosque,
el sol se ponía con tibios reflejos,
cruzando las manos me dijo en silencio
a qué sabía el sabor de los besos.

No dije nada. De las ramas de un árbol,
la noche colgaba sus negros crespones,
con las manos juntas unidas de nuevo
su boca en mi boca nos dimos un beso.

Me miró, la miré, y la dije como un secreto
si ya conocía el sabor de los besos.
Y juntando sus labios
con los mios y en silencio
me dijo tiritando:
ahora sé menos
a lo que saben los besos...

Al morir la tarde
contemplando juntos
la puesta de sol por el horizonte,
pude comprender
que no me quería
que posiblemente su corazón,
pertenecía a otro hombre...

AMOR DE VERANO





Ya solo me queda el recuerdo
de tus besos en los mares,
me queda tu bello regalo
de aquellos paseos por los pinares.

Me queda el sonido de un violín
cuando nos amabamos en el jardín,
me queda el recuerdo de tu figura
y aquella despedida llena de amargura.

Me queda la vida y tu sonrisa
me queda un amor de primavera,
me quedan tus ojos y tus manos,
me queda el sabor de aquel amor de verano.

Te buscaré con locura
y me subiré a una estrella
aunque sé que un dia te fuiste
y ya nunca podré tenerla.

Me queda todo de ti,
me queda aun la esperanza,
me queda todo de ti
y hoy ya no me queda nada
porque te fuiste en silencio
en una triste madrugada...

ALLÍ NO ESTABAS




A Manuela con cariño

Yo venía para mi casa,
ya se adivinaba el alba,
se olían por todos los montes
aromas de amapolas y de jaras.

Se oían allá a lo lejos
unas fuertes campanadas,
y me fui hacia la ermita
para ver si allí tú estabas.

A la puerta de esa ermita
yo le pregunté al alba
si te había visto entrar
al llegar la madrugada.

No me contestó la noche,
no me dijo nada el alba,
yo quería darte un beso
en el fondo de tu alma.

Al llegar tarde a mi casa
miré tu fotografía
y entonces pude comprender
que es ahí donde tú estabas.

Con tu foto te recuerdo,
con tu foto río al alba,
con tu foto a veces hablo,
con tu foto llora mi alma...