A veces me pregunto.... por qué escribo... por qué tengo esa necesidad de eso... por qué no olvido... por qué tengo siempre a flor de piel el pensamiento claro y limpio....
Miro en el interior y descubro soledad y tristeza, amores no correspondidos... hoy mi barca navega a la deriva como un velero sin destino....
Y me pregunto cada día por qué no estás conmigo... donde está tu pensamiento... por qué no escribo...
Y es que tu te fuiste un dia sin barca y sin destino a navegar por otros mares... y yo sin tenerte a ti... me encuentro solo y perdido...
Hoy después de tanto tiempo, de noche miro las estrellas, por el dia siento el sol, paseo por los jardines.. y veo tu cara en cada flor...
Luz, que me iluminas de mi oscuridad, que dejas que mi aura se pasee desnuda, que dejas que mi vida tome el aire, que dejas que mi corazón, no pare de volar, de latir, de susurrar. Brisa, que me acaricias el cuerpo, que me besas, las mejillas, que me abrazas, el alma, que me sientes, la respiración, que me lates, en vaivenes, que me acunas con tus manos. Mar, que me diviertes con tus olas, que me pervierte con tu frescor, que me das sin pedirte tu aroma, que lavas todo mi ser, que mimas todos mis instintos, que evades mi mente, cuando te veo, que abanicas mi amor cuando me quieres. Fuego, manto del verano, sabana de mi piel, patrimonio de mi amor, condimento de mi alma. Río, como vertiente de venas de agua, que circula por todas partes, que das vida a la vida, que das sentido al paisaje, que murmuras mientras acaricias las piedras, que sonríes mientras te vas a la mar.
La noche salió a mi encuentro, estaba yo sin esperarla,
Estaba solo en mi encierro... Mirome y yo la miraba: "¿qué escondes, guardas o callas?" Le dije con arrogancia. "Cosas que encierran misterio, deseos y desesperanzas. Mas hoy no guardo ni amores, ni sucesos o alabanzas. Tan sólo una cosa cierta llevo: Que después de mi, viene el alba.
Noche silenciosa, llena de misterio, de vagas promesas, que nos trae el viento, palidez de luna y un olor intenso de rosas fragantes..... de jazmín abierto. Cristalina agua que refleja anhelos y yo solitario por ti languidezco, mis brazos vacíos sin tenerte en ellos, mi boca añorando tu cálido aliento... Nostalgia en el alma y sed en el cuerpo, y tu estás con otro.... y ¡de amor yo muero!
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Apenas contábamos tú con 6 y yo con 7 años,
y era nuestro escondite perfecto,
hacíamos frágiles barcos de papel para aquel caudaloso rio,
seguros de que nuestros nombres escritos,
llegarían a una isla mar adentro.
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Yo había cumplido los 10 y tu solo tenias 9,
y nos seguíamos viendo ahí, haciendo nuestras tareas
o tu leyéndome algún cuento
y seguía el agua aquella fuertemente corriendo.
No se que pasó durante algunos años,
cada cual tomó amigos diferentes,
el puente aun estaba, por cierto,
su cauce había bajado pero
no fue eso la causa para no vernos,
auguro más bien a que estábamos creciendo.
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
En esa primavera, nos vimos nuevamente,
como habías cambiado!!, antes,
antes... yo no miraba tu cuerpo...
tu mirada era distinta y yo
… no pude más y nos dimos nuestro primer beso,
tú solo con 15 años... y yo un lacayo inexperto,
el rio…cada vez más seco....
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Y como olvidarlo si lo frecuentábamos a diario
y tu sumabas los dias en un cuaderno,
no sé si también contabas las caricias y los besos,
pero nuestros nombres se quedaron inscritos
en las paredes del puente dentro de un enorme corazón
y el rio… ya se estaba muriendo.
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Estábamos contando estrellas
y lo nuestro era cada dia más bello
y esa noche algo encendió de más nuestros cuerpos,
perdimos juntos la virginidad
y era todo para nuestro tiempo,
tú 18 y yo casi un hombre hecho...
…..perdón, del rio nada recuerdo.
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Aunque fueron varias citas para hacernos el amor
no sé cuando empezó a ser tan monótono lo nuestro,
tu preferías tus amigas, yo a mis amigos y al viento...
justo como el rio iba todo disminuyendo...
¿Tú te acuerdas todavía
de lo que hacíamos bajo el puente?
Nada, en ese tiempo yo crucé por arriba,
me fui del pueblo para hacer mi carrera lejos,
al poco tiempo me seguiste,
pero allá, solo nos distanciamos más lejos....
Tú te casaste con otro en secreto
y nuestras vidas fueron por rumbos diferentes,
y sí, el rio se secó definitivamente,
derrumbaron el puente...
y lo nuestro...
...con él murió para siempre.
Esta es una historia...DE AMOR...la cual debes leer y reflexionar al final ... Una enfermedad que no tenia cura. Él 16 años y podría morir en cualquier momento...Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre. Ya estaba harto y decidió salir solo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella aceptó. Caminando por su calle vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música y ver el aparador, notó la presencia de una niña muy tierna de su edad. Fue amor a primera vista. Abrió la puerta y entro sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se encontraba ella. Ella lo miró y le dijo sonriente: "¿Te puedo ayudar en algo?" Mientras él pensaba en la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida...sintió deseos de besarla en ese mismo instante.
Tartamudeando le dijo: Si, eeehhh, uuuhhh...me gustaría comprar un CD". Sin pensar, tomó el primero que vio y le dio el dinero. "¿Quieres que te lo envuelva?" - Preguntó la niña sonriendo de nuevo-. El respondió que sí, moviendo la cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. El lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visitó la tienda todos los días para comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para luego llevárselos a su casa y ponerlos en su librería. El era muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se aventurara, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Como todos los días compró otra vez un CD, y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo. El tomó el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo su numero de teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda...
Al cabo de dos dias, como el chico no venía la niña le llamó por teléfono.....Ringggg !!! Su mamá contestó: ¿Hola quien es?", era la niña, pregunto por su hijo; y la madre desconsolada, comenzó a llorar mientras decía: "¿Que, es que no lo sabes?...murió ayer". Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de su madre. Más tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para recordarlo. Ella decidió empezar por ver su ropa, y se fijó en su librería. Para su sorpresa se topó con montones de CD envueltos Ni uno estaba abierto. Le causó curiosidad ver tantos y no se resistió; tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo; al hacer esto, un pequeño pedazo de papel salió de la cajita plástica. La mamá lo recogió para leerlo y decía:" Hola!!!, estas super guapo,?quieres salir conmigo?".... Te quiero mucho....Sofia. De tanta emoción, la madre abrió otro y otro y otro y en ellos había la misma nota escrita en un papel...todas las notas decían lo mismo....
Moraleja: Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que sientes. Díselo hoy. Mañana puede ser muy tarde. Este mensaje ha sido escrito para hacer reflexionar a la gente; y asi, poco a poco, ir cambiando el mundo. Si crees que es importante que este mundo cambie, manda esta historia a todas las personas que quieras y estimes .
Este mensaje es para decirle que es muy especial, así es que haz lo mismo que yo y manda este mensaje AHORA, no al rato, no mañana... porque recuerda ...puede ser muy tarde. ... Besa a alguien que amas y hará magia. Con amor todo es posible
En el impecable azul del cielo alas nocturnas quiebran mis recuerdos pasan ante mis ojos nublados de invierno.
Primavera de versos que mueren huérfanos. Vuelven las golondrinas sin memoria a colgar sus nidos nuevos.
Si yo fuese golondrina que partiera lejos al regresar no tendría más memoria que el ahora más tristezas que la lluvia más lágrimas que la aurora.
Si yo fuese golondrina sólo el azul del cielo bastaría para volar lejos de los recuerdos.
Si yo fuese golondrina no tendría espejo que me dijera quién soy ni quién se me ha muerto.
Si de mí saber quisiera me miraría en la fuente de un chorro seco.
Se crucifica la noche vuela el instante feroz la luna cubre su cara para no ver mi dolor. .............................................. Vuelven las golondrinas a los sueños del poeta vuelven para anidar en un nuevo poema. Vienen de cielos lejanos a consolar su pena y el poeta llora de añoranza y de tristeza.
El amor perdido ellas le recuerdan: ¡no quiero más versos ni quiero más letras, destierro de amor es mi condena!.
Silencio de alas negras. Calla la tarde como si el mundo muriera. Sin amor ¿qué queda?
Ya se van las golondrinas a otros cielos más oscuros a colgar sus penas. Se van con nostalgia, dejando al poeta con una hoja en blanco y una pluma negra. Sin amor, ¿qué queda?
A ese marino prohibido... Al que echo de menos, en el que pienso y olvido... Al que hace tanto, tanto que espero... Al que no encuentra el camino.... a ese que hace que me pierda en un recuerdo, en un suspiro....
Del que deseo su aliento, sus sentidos, con el que quiero perderme sin saber que me he perdido.
Del que sigo esperando que un día regrese conmigo, al que quiero consentirle sin haberle consentido...
Al que le entregaría mi vida por tan solo un suspiro..
A ese que hace tanto tiempo no encuentra su camino, le escribo estas palabras para que vuelva conmigo...
Viejito... échame otra copa lléname el vaso bien dentro... si me emborracho...qué más da... quiero olvidar mis penas... pero olvidarla....es que no puedo...
Ella era...lo mejor que yo tenía, ella era mi sustento... era tan buena y tan dulce y digo bien...era... porque ya se me ha muerto...
Se la llevaron un dia de frío bien metidita en un féretro.. yo la estoy viendo cada dia aunque esté dormido y en sueños...
Todavía tengo la caricia cuando me dio su último beso... y resuena en mis oídos su adiós que me dijo en silencio...
Pero ella no me dijo adiós... solo me dijo...hasta luego... allí donde yo vaya mi amor allí yo siempre te espero...
Pero yo aún estoy vivo, por eso siempre yo bebo para ver si me muero....
porque si ella me espera allá arriba, no la puedo hacer esperar tanto tiempo... porque hacer esperar a una dama no es de educados caballeros...
El
cielo estaba sombrío en aquella mañana, mientras esperábamos con
ansiedad. Todos los hombres mujeres y niños del Gheto judío de
Piotrkow's fueron reunidos en una plaza como un rebaño.
Se
esparció la noticia de que estábamos siendo removidos. Mi
padre había fallecido recientemente de tifus, que abundaba en el
abarrotado gheto. Mi mayor miedo era que nuestra familia fuese
separada.
Isidoro
mi hermano mayor, me murmuró:
-”No
importa lo que pase, no les digas tu edad. Diles que tienes dieciséis
años”.
Yo
era alto, para un niño de 11 podría pasar por 16. De esta manera,
sería considerado valioso como trabajador.
Un
hombre de la SS se aproximó a mí, haciendo sonar las botas en las
piedras del piso. Me miró de arriba abajo y preguntó la edad.
–”Dieciséis”
le dije. Él me envió hacia la izquierda con mis 3 hermanos y otros
hombre jóvenes y saludables.
Mi
madre fue enviada a la derecha con otras mujeres, niños enfermos y
gente mayor. Le pregunté a Isidoro, -¿por
qué?. Él no me respondió.
Corrí
al lado de mamá y le dije que me quería quedar con ella.
-”No” me dijo firmemente, “Vete
de aquí, no quiero verte, vete con tus hermanos”.
Ella nunca me había hablado tan duramente, pero entendí, estaba
protegiéndome. Me amaba tanto, que por esa única vez, ella fingió
no hacerlo. Fue la última vez que la vi.
Mis
hermanos y yo fuimos transportados a Alemania, en un vagón de
ganado. Llegamos al campo de concentración de Buchenwald en una
noche; semanas después, nos condujeron a una barraca abarrotada. Al
día siguiente recibimos uniformes y números de identificación.
-”No
me llameis Herman nunca más,
-les dije a mis hermanos, 'llámadme
98288”. Fui puesto a trabajar en el
campo crematorio, cargando los muertos en un elevador manual. Yo
también me sentía muerto. Insensibilizado, me transformé en un
número. Pronto nos enviaron a mis hermanos y a mí, a Schlieben, uno
de los subcampos de Buchenwald cercanos a Berlín.
Una
mañana creí oír la voz de mi madre:
-”Hijo,
dijo suave y claramente, te voy a mandar un Ángel”. Entonces
me desperté, fue solamente un sueño, un lindo sueño.
Pero
en ese lugar no podía haber Ángeles.
Solamente
trabajo, hambre y miedo.
Pocos
días después, estaba caminando alrededor del campo de las barracas,
cerca de la alambrada de púas, donde los guardias no podrían verme
fácilmente. Estaba solo.
Del
otro lado, vi a alguien, una pequeña niña con rulos suaves y
luminosos. Ella estaba medio escondida detrás de un abedul.
Miré
alrededor mío, para estar seguro que nadie me veía. Le dije
suavemente en alemán: -”¿Tienes algo
de comer?”. Ella no entendió. Me
puse más cerca de la defensa y repetí en polaco mi pregunta. Ella
se aproximó. Yo estaba flaco, raquítico con harapos envolviendo mis
pies, pero la niña parecía no tener miedo. En sus ojos vi la vida.
Ella
sacó una manzana de su chaqueta y la tiró sobre la cerca. Yo tomé
la fruta y corrí lejos. Escuché a ella diciéndome débilmente:
-”Te veo mañana”.
Volví al mismo lugar a la misma hora cada día. Ella estaba siempre
allí con algo para darme de comer, un pedazo de pan, o mejor aún
una manzana.
No
osábamos hablar durante mucho tiempo. Que
nos vieran, significaba la muerte para los dos. No sabía nada sobre
ella, apenas una niña buena de una hacienda, que entendía polaco.
¿Cuál
era su nombre?. ¿ Por qué se arriesgaba por mí?. Mi esperanza
estaba en aquel pequeño suplemento, como el pan y las manzanas que
esa niña del otro lado de la cerca, me traía y de esa forma, me
ayudó a sobrevivir.
Aproximadamente
7 meses más tarde, fuimos mis hermanos y yo, metidos en un vagón de
carbón y enviados al campo de Theresienstadt en Checoeslovaquia.
-“No
vuelvas, le dije a la niña, mañana
nos vamos”. Volví a las barracas
sin mirar para atrás. En ese mismo instante dije adiós a la
pequeña niña, cuyo nombre nunca aprendí, para mí, “la niña de
las manzanas”.
Permanecimos
en Theresienstadt tres meses. La guerra estaba disminuyendo y las
fuerzas aliadas estaban cerca, aún mi destino parecía estar
sellado. El 10 de Mayo de 1945, yo estaba destinado a morir en la
cámara de gas, a las 10:00 horas.
En
el silencio del crepúsculo, intenté prepararme. Tantas veces la
muerte pareció pronta para reclamarme, pero de alguna forma, había
sobrevivido. Ahora todo había terminado. Pensé en mi familia. Al
fin nos estaremos reuniendo en el cielo.
Pero a las 8:00 am., hubo una conmoción. Oí gritos y vi gente
corriendo en cualquier dirección a través del campo. Me reuní con
mis hermanos.
¡Las
tropas rusas habían liberado el campo!. Las puertas fueron
abiertas. Todos estaban corriendo y yo hice lo mismo. Sorprendente,
todos mis hermanos habían sobrevivido.
No
estoy seguro cómo, pero sabía que aquella ‘niña de las
manzanas’, había tenido la llave de mi sobre vivencia. En aquel
lugar, en el que el diablo parecía triunfador, una buena persona
había salvado mi vida, me había dado esperanzas, en un lugar en
donde ésta, no existía. Mi madre me había prometido enviarme un
Ángel, y el Ángel apareció.
Finalmente
me encaminé a Inglaterra, donde fui asistido por una institución de
caridad judía. Me colocaron en un hospedaje con otros niños que
sobrevivieron al Holocausto y fui entrenado en electrónica.
Después
fui a Estados Unidos, donde mi hermano Sam se había mudado. Serví
en el ejército en la guerra de Corea y
regresé a Nueva York, después de dos años. En agosto de 1957 abrí
mi propio negocio de reparación de electrónicos. Estaba empezando a
establecerme allí.
Un
día, mi amigo Sid que conocí en Inglaterra, me llamó y me dijo:
-”tengo una cita para ti, es
una amiga polaca. Vamos a salir juntos”.
¿Una
cita a ciegas?. No, eso no es para mí. Pero Sid continuó
insistiendo y unos pocos días nos reunimos y dirigimos al Bronx para
recoger a su novia y a su amiga Roma. Tengo que admitir que, para ser
una cita a ciegas, no estaba nada mal. Roma era una enfermera en el
Hospital Bronx. Era linda e inteligente. Hermosa también, con
cabellos castaños y ojos verdes almendrados, que la llenaban de
vida.
Los
4 nos dirigimos a Coney Island. Dimos un paseo por la orilla de la
playa y después cenamos cerca de la orilla. No podía recordar haber
tenido mejores momentos. Al regreso, compartimos el asiento trasero.
Como judíos europeos que habíamos sobrevivido la guerra, sabíamos
que muchas cosas se dejaron sin decir entre nosotros. Ella comenzó
con el tema:
-”¿Dónde
estabas durante la guerra?” preguntó
delicadamente.
-”En
los campos de concentración, dije. Las terribles historias jamás
vividas, las irreparables pérdidas. Yo traté de olvidar, pero jamás
podré”. Ella comentó: -“mi
familia estuvo escondida en una finca en Alemania, no lejos de
Berlín; mi padre conocía a un sacerdote y éste nos dio papeles
arios”. Yo imaginé cómo ella
habría sufrido también miedo. Y aún así, allí estábamos, ambos
sobrevivientes en un nuevo mundo.
-”Cerca
de la estancia, había un campo de concentración,
continuó Roma, yo vi allí a un niño
y pude llevarle manzanas cada día”.
Qué extraordinaria coincidencia, que ella haya ayudado a algún
otro niño. -”Cómo era él?”,
le pregunté.
-”Era
alto, delgado y hambriento. Yo iba a verlo todos los días durante
seis meses”.
Mi
corazón dió un salto. ¡¡No podía
creerlo!!. ¡¡No podía ser!!. -”Él
te dijo un día que no volvieras porque los estaban trasladando a
Schlieben??”. Roma me miró
estupefacta y dijo:
-”¡Sí!”
-”¡Era
yo!!!”le respondí...
Yo
iba a explotar de alegría, inundado de
emociones. No podía creerlo. ¡Mi Ángel!. -“¡¡No
te voy a dejar ir!!”, le dije a Roma.
Y en la parte posterior de ese auto, en esa cita a ciegas, le propuse
matrimonio, no podía esperar.
-”
¡Estás loco!” me dijo. Pero me
invitó a conocer a sus padres para la cena del Shabat de la
siguiente semana.
Había
tanto que deseaba saber sobre Roma, pero las cosas más importantes,
yo siempre las supe: su firmeza, su bondad. Por muchos meses, en las
peores circunstancias, ella vino hasta la cerca y me trajo la
esperanza. No, ahora que la encontré de nuevo, jamás la dejaría
partir.
Aquel
día ella dijo sí. Y yo mantuve mi palabra… Después de casi 50
años de matrimonio, dos hijos y tres nietos, yo jamás la dejaré
partir.
Esta
es una historia verdadera, puedes encontrar más,
buscando en Google Herman Rosenblat. Su historia será hecha una
película con el nombre The Fence (La Cerca).
Nombre: José López Mateos.
Lugar de nacimiento: En la muy noble y muy leal ciudad de Segovia (España).
Sexo: hombre
Edad: maduro, creo…
Cultura: universitaria, Aprendiz de mucho y Maestro de nada.
Valores: honor, lealtad, compañerismo, solidaridad, amistad, libertad, generosidad, bondad, esperanza, respeto.
Cualidades: sensibilidad, ternura, dulzura, amabilidad, sinceridad, sencillez.
Signo del zodíaco: Acuario