Llamaban con insistencia
a las puertas de mi casa,
¿será un amor perdido
que viene a calmar mi alma?
Quizá, me dijo, y calló,
su voz no la recordaba,
y volvieron a llamar con insistencia
a las roídas puertas de mi casa.
Quién eres, le pregunté,
¿será un sueño? ¿yo soñaba?
y volvieron a llamar fuerte
mientras mi alma temblaba...
¿Eres la muerte? le dije,
ella no me dijo nada,
y al entrar a la alcoba,
ella estaba rígida
sobre su tupida almohada,
las manos como la cera
y su sonrisa muy pálida...
Amigo José, me encanta la forma de plasmar tus bellos poemas.
ResponderEliminarFelicidades.
Te deseo un maravilloso día.