Se anunciaba una guerra
y yo no tenía un verso
donde ocultar mi pena.
Estalló la guerra
y callaron mis versos
ante la impotencia
de hombres soberbios,
ebrios de poder,
conjuro de necios.
Salvaremos al mundo, decían,
-y sumaron muertos-
Traeremos la paz, decían,
-y destruyeron templos-
Tendréis abundancia, decían,
-y quemaron huertos-
Gozaréis de libertad, decían,
-y pisaron cuerpos-
Me quedé sin un verso
que fingir pudiera mi quebranto.
¡Dadme un poema para este llanto!
y yo no tenía un verso
donde ocultar mi pena.
Estalló la guerra
y callaron mis versos
ante la impotencia
de hombres soberbios,
ebrios de poder,
conjuro de necios.
Salvaremos al mundo, decían,
-y sumaron muertos-
Traeremos la paz, decían,
-y destruyeron templos-
Tendréis abundancia, decían,
-y quemaron huertos-
Gozaréis de libertad, decían,
-y pisaron cuerpos-
Me quedé sin un verso
que fingir pudiera mi quebranto.
¡Dadme un poema para este llanto!
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