LA CANARIA Y LOS JILGUEROS




Una canaria crió
ocho jilguerillos blancos
que parecían ratones,
de delgados, eran flacos.

Cuidaba de que comieran
su racioncita a diario,
y también de que bebieran
allí cerca de aquel lago.

Es que eran delicados,
pues además les traía
larvas, crías y gusanos
de los bichos que cogía.

Cuatro campos les sembraba
con alpistes y con granos
para llenar la despensa,
los inviernos eran largos.

Un día se hicieron grandes
los jilguerillos tan blancos,
¡qué figuras tan esbeltas!,
de colores, eran guapos.

Alegraban con sus trinos
a los valles y a los prados,
las mariposas danzaban
con el cantar de los pájaros.

Aprendieron a volar
y se marcharon temprano
a buscar otros amores
por los montes muy lejanos.

Al cabo de mucho tiempo
regresaron muy ufanos,
se fueron ocho jilgueros,
y vinieron treinta y tantos…

1 comentario:

  1. Cuanta ternura destila tu alma. Te leo y me emociono. No tengo palabras. Felicidades por ser como eres...

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