Un mozo va caminando
entre los parajes verdes
para rondar a su amada,
y en el medio del camino
bebía el agua muy clara.
Va silbando de alegría
pisando la nieve blanca,
en sus manos lleva flores
como la nieve de blancas.
A lo lejos se divisa
la morada de su amada,
se peina un poco y suspira
era casi madrugada.
Al verle su amada dice:
¿Dónde vas tan de mañana?
¿no ves que los ruiseñores
a estas horas nunca cantan?
Vengo a verte a ti mi amor,
y en una cañada clara
habían crecido estas flores,
las cogí con toda mi alma.
Dime mi amor,
donde está esa cañada,
nunca en la vida yo ví
unas flores tan blancas
y del todo perfumadas.
Fue el milagro de un ángel
el que hizo crecer
esas flores tan blancas,
mientras caía la nieve
dos estrella las guardaban...
Donde había pedregales,
nacieron las flores blancas...
entre los parajes verdes
para rondar a su amada,
y en el medio del camino
bebía el agua muy clara.
Va silbando de alegría
pisando la nieve blanca,
en sus manos lleva flores
como la nieve de blancas.
A lo lejos se divisa
la morada de su amada,
se peina un poco y suspira
era casi madrugada.
Al verle su amada dice:
¿Dónde vas tan de mañana?
¿no ves que los ruiseñores
a estas horas nunca cantan?
Vengo a verte a ti mi amor,
y en una cañada clara
habían crecido estas flores,
las cogí con toda mi alma.
Dime mi amor,
donde está esa cañada,
nunca en la vida yo ví
unas flores tan blancas
y del todo perfumadas.
Fue el milagro de un ángel
el que hizo crecer
esas flores tan blancas,
mientras caía la nieve
dos estrella las guardaban...
Donde había pedregales,
nacieron las flores blancas...
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