ESCRIBÍ TU NOMBRE




A Marthita con cariño

Sobre la espalda
de un pez rayado,
con el mar en calma,
escribí tu nombre
una mañana.

Y a medida
que lo escribía,
yo aun te amaba,
vino una ola
y lo borraba.

Sobre la playa
lo escribí entonces,
por si en la arena
se conservaba.

Vino la brisa,
vino la lluvia
vino la escarcha,
y de tu nombre
no quedó nada.

En dura piedra
lo escribí entonces
por si acaso allí
se conservaba.

Como en la espalda,
como en la arena,
como en la piedra,
lo borró el tiempo
que todo acaba.

Lo escribí entonces
en mi corazón,
en mis entrañas,
y allí lo llevo
eternamente,
nunca se borra,
jamás se acaba...

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