Te escribía mis cartas de
amor,
eran cartas casi sagradas,
sueños de lunas y
estrellas
entre las letras doradas.
El día amanecía a veces
entre luces de guirnaldas,
eran días de sol y
ausencias
ente las olas calladas.
Cuando te echaba de menos
mis lágrimas brotaban,
dejando a las letras
perdidas y en la nada.
Eran cartas de amor,
eran cartas soñadas,
llenas de amor y de besos
entre lágrimas bañadas...
Pero un día tú te
fuiste,
lo recuerdo muy bien,
era en una madrugada
cuando me dijiste adiós
y se rompió en trozos
mi alma enamorada...
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