No conocías los nombres,
de los astros
y estrellas,
ni la del
viento, el aire y el agua,
que
iluminaban
por la mañana
a tu tierra.
Ibas
caminando
por el mundo
a ciegas,
sin conocer
los caminos
que hasta tu
alma llegaban.
No conocías
bien los nombres
de las cosas
que te enseñaban,
y ahora al
cabo del tiempo
ya no puedes
hacer nada.
Te dijeron un
día mi amor,
te dijeron
que te deseaban,
te lo dijeron
sin que tú
tan siquiera
lo concretaras.
Tú creías
que iba a ser eterno
y te robaron
el cuerpo
robándote
primero tu alma
y te quedaste
llorando en silencio.
Tú no sabías
que el amor
muchas veces
es incierto,
y otras fuego
que te abrasa,
fuiste el
sueño de un hombre,
pero ese
hombre a ti no te soñaba.
Aquel amor no
tenía eco,
era un mar
sin tener agua,
era como una
melodía
que casi
nunca sonaba,
porque tenía
todas sus cuerdas
siempre muy
desafinadas.
Aquella
patria que te habías imaginado,
ha
desaparecido, ya no hay patria,
pero tienes
que seguir contigo siempre
como si no
hubiera pasado nada,
dejándote
llevar sin remisión
hacia donde
te lleven las aguas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.