me lo contaba muchas veces,
con algunas lagunas en su mente,
entre sollozos y lágrimas,
y muchas penas,
en su destrozada alma.
Al alba, siempre es al alba,
cuando de una celda,
que es una pocilga humana,
se oye un ruido de cerrojos,
entre gritos y miedos
y muchos llantos en los ojos.
Entre los presos hay rumores,
de que algo inhumano se cuece,
entre los despachos de sus jefes
y los de sus superiores.
Se oyen quejidos, suspiros,
muchos gritos de dolores,
...silencio...los presos oyen...
Trescientos presos escuchan
los ruidos por los rincones,
los minutos se detienen,
se oyen las listas de nombres.
Tres guardias, con tres fusiles,
vienen a buscar veloces
a un preso que no tiene nombre,
y que ya no parece un hombre,
solo por un número responde,
el preso grita... y se esconde...
Entre las sombras del aire,
los guardias vienen al trote,
en un silencio silente,
...ya son las dos y veinte...
¡Vamos basura! gritan los guardias,
mientras solamente el eco
es el único que responde.
Los guardias cierran la puerta.
con patadas y con golpes,
las bisagras de las puertas
chirrían hasta los goznes.
En los pasillos...silencios...
se huele a olores enormes,
los pasillos están llenos
de ratas y pestilentes vapores,
donde todo se corrompe.
Las pisadas de los presos,
cabalgan los corredores,
los guardias con sus fusiles
al preso le pegan coces,
otros cierran los barrotes,
hay oídos que aun tapados
parece que todo lo oyen.
Ya llegan al patio, hay ruidos,
gritos que dan unas órdenes,
el aire corta el silencio
que se ve en el horizonte.
El preso piensa en su madre,
en sus hijos, en su padre,
pero ya no tiene fuerzas
de que piense más en nadie,
quizá sea Dios
el único que le salve.
y le da tiempo a rezar
un rápido padrenuestro
y luego después una salve.
El frío corta los huesos,
ya se ven los paredones,
hay ruidos de fusiles
por todos los rincones.
Ya se cargan los fusiles,
alguien dicta unas órdenes,
¡apunten! con voz enorme,
¡fuego!, y de repente,
treinta disparos se oyen,
que estremecen
hasta el que dicta las órdenes.
Las balas resuenan
por todos los barrotes y ventanas,
los presos en sus celdas,
una oración rezan por su alma.
Cesaron los treinta disparos,
su cuerpo huele ya a muerto,
¿un milagro le hizo Dios?,
tiene helado todo el cuerpo.
La sangre se queda incólume
y parece que no sale,
está guardada en su cuerpo
en cubo viejo y sin sales.
Al preso se le pusieron,
del miedo los ojos verdes,
tres guardias abren la puerta,
y entre palabras malsonantes
arrojan al preso al aire,
el preso está aun viviente,
llorando y muy maloliente...
...exhausto...
parece un muerto viviente...
El preso no piensa, no siente,
le han paralizado la mente,
y un guardia asesino le dice:
hoy no te ha tocado,
pero mañana vuelves,
y verás como te rompen
y tú solo te corrompes.
El preso es un combatiente
que se le ha obnubilado la mente,
y le pide a Dios expectante
que se le lleve cuanto antes,
y que mañana al alba,
cuando vengan los guardias
otra vez a buscarle,
no tenga miedo a la muerte
cuando le lleven al paredón
para allí solo fusilarle.
Los presos que estaban en vilo
vieron al preso rendido,
y un guardia les dice:
a dormir, que poco a poco
y uno por uno
caeréis cuando os toque.
Rumores... los presos lloran,
hasta el aire se corrompe,
ahora la muerte vive
dentro de los paredones,
todo parece que está,
insomne, siempre insomne.
Mañana será otro día,
...ayer...
qué larga fue aquella noche...
Cuantas torturas y violencias para hacer mucho daño en las almas de esas gentes que no tienen culpa de nada. Te felicito de nuevo. Nunca tires la toalla. Besos
ResponderEliminarComo agradecerte tantos sentimientos que despiertas en mi ??? solo con una palabra. GRACIAS..¡¡ Un beso desde mi alma.
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