La aurora,
ha sembrado mis sueños,
allá en lo alto
donde los vencejos duermen,
y han germinado
en un mar de violetas.
Allí crecieron
junto a una luna
de frágiles perfiles,
entre las azules espumas
de los mares de la vida.
Y...
entre el piar de los vencejos
anidaron en mi alma
variados pensamientos.
La vida,
es como una hoja caduca
que vuela al compás del viento,
que se escapa
como lo hace el tiempo.
Tristezas que se tocan,
llantos y risas,
esperanzas ocultas,
libélulas que vuelan en silencio.
Naufragios en penumbra,
caminos inciertos,
amores que renacen,
miradas,
nidos de cigüeñas,
olas de nostalgia,
arco iris llenos de amapolas.
La aurora
ya no siembra mis sueños,
porque pasado mañana
quizá ella se haya muerto,
lo mismo que los vencejos...
igual que mis pensamientos...
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