Señor,
no pude seguir tus pasos
como dice tu evangelio,
ni estar a solas contigo,
tus manos me daban miedo.
Yo te miraba esas llagas
donde había tanto misterio,
pero yo a veces te preguntaba
y tú en el silencio te callabas.
Me daba miedo mirarte,
me daba miedo tocarte,
veía en ti tanto dolor
que daba miedo acercarse.
Un día, ya era muy tarde,
oí tu voz en el cielo,
y yo me marché corriendo
porque sentía mucho miedo.
Pero hoy al ver tus ojos,
a tus manos y a tus llagas,
me parece que estoy viendo
al buen Dios junto a mi alma.
Hoy lloro contigo a solas
y tú me sonríes y callas,
ya nunca tendré más miedo
si otra vez tú a mí me hablas...
Cuan profundo es este poema, parece que Jesus esta resucitando de vedad. Te felicito de nuevo porque si un poema me gusta el otro mas. Un beso
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